Los míticos taxis amarillos se niega a desaparecer de las calles de Nueva York. La llegada de servicios como Uber y Lyft ha hecho que levantar la mano desde la acera para parar un taxi sea (casi) historia. Sin embargo, los taxis no están dispuestos a abandonar sus coches y se han aliado con otras dos empresas para recuperar a sus clientes.
En Nueva York, la industria del taxi está muy regulada y, desde hace tres años, el número de taxis amarillos se ha mantenido constante. No obstante, el número de afiliados a empresas hide-railing (reserva de coches con chófer a través de app) se ha disparado, de 28.781 en 2016 a casi 50.000 en 2017, según Quartz.
Esta situación ha influido en el precio del "medallón", el distintivo que garantiza la licencia del taxi, que ha caído en picado. Cuando en el año 2013 era prácticamente imposible comprar un medallón por menos de 1 millón de dólares, a día de hoy se han vendido algunos por unos 240.000 dólares. Es decir, se ha pasado de pagar 890.000 euros a 213.000 euros en cinco años.
Sin embargo, a pesar de los malos datos que está registrando el sector, los taxis amarillos no se rinden y han decidido implantar un sistema de viajes compartidos. Via, un servicio de viajes compartidos que opera en Nueva York, se ha aliado con Verifone, empresa de tecnología para taxis, y con los taxis para ofrecer a los clientes un servicio compartido y más barato.
Los pasajeros podrán acceder a este servicio a través de las apps de Vía o Curb, la app de Verifone. Cualquier pasajero que coja un taxi pagará la tarifa normal y , en el momento en el que se suba otro pasajero, un 60%. No obstante, años atrás, los coches amarillos ya intentaron, sin mucho éxito, ofrecer el servicio compartido. Una práctica habitual en empresas privadas, como UberPool and Lyft Line.
Via tiene 800.000 usuarios y 15 millones de viajes completados desde 2013, según ha señalado la portavoz de la compañía, Gabrielle McCaig. "Definitivamente, los taxis amarillos están buscando formas de ser más competitivos ante empresas e-hile. Según las conversaciones que hemos tenido con los conductores, están abiertos a ello", añade McCaig.