Buenas noticias para las aerolíneas y los pasajeros europeos. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha confirmado en su reunión anual de Cancún que está "a escasas semanas de anunciar un acuerdo preliminar que servirá para avanzar con paso firme hacia la unificación regulatoria del cielo europeo".
En la actualidad, la regulación del tráfico aéreo en el Viejo Continente está fragmentada en nueve bloques diferenciados. Reino Unido e Irlanda conforman un conglomerado. Dinamarca y Suecia también están unidos en un contenedor propio. Polonia y Lituania constituyen el tercer bloque. En el Mediterráneo nos topamos con dos acuerdos: por un lado, el que suma a Italia, Malta, Grecia y Chipre; por otro lado, el que agrupa a España con Portugal. También está el acuerdo DANUBE, que suma a Bulgaria y Rumanía, o el NEFAB, en el que entran Estonia, Letonia, Finlandia y Noruega. Además, hay dos zonas centro-europeas: la primera engloba a Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Suiza; la segunda incluye a República Checa, Eslovaquia, Austria, Hungría, Croacia, Eslovenia y Bosnia Herzegovina.
La Comisión Europea e IATA fijaron 2035 como fecha límite para lograr el llamado Cielo Único Europeo, pero cada año de retraso en alcanzar dicha meta acarrea importantes costes para las empresas y los consumidores. Según Bruselas, la fragmentación regulatoria supone un golpe de 5.000 millones de euros cada año.
De acuerdo con los estudios de IATA, si tomamos un vuelo estándar de dos horas de duración y aplicamos la reducción de costes derivada de alcanzar el Cielo Único Europeo, hablamos de un ahorro cercano a los 50 euros por billete. Para ser precisos, cada viajero en clase turista se ahorraría 48 euros, mientras que cada pasajero en clase de negocios vería reducida su factura en 74 euros.
Tomando, una vez más, un vuelo comunitario estándar, IATA encuentra que los retrasos se reducirían en ocho minutos y que los tiempos de vuelo caerían en más de once minutos. El consumo de combustible se reduciría como resultado, con un recorte del 10 por ciento en la huella ecológica de los vuelos europeos.
Pactos entre bloques para acelerar la convergencia
Rafael Schvartzman, vicepresidente de IATA para Europa, ha destacado que los primeros anuncios sobre la convergencia regulatoria llegarán "en dos o tres semanas, en el marco de un nuevo esfuerzo que pretende relanzar la evolución hacia el Cielo Único Europeo. Es bueno que trabajemos juntos para mejorar la gestión del tráfico aéreo".
En IATA no se hacen ilusiones y tienen claro que "lograr un Cielo Único Europeo no será sencillo. El progreso está siendo lento, pero precisamente por eso hemos decidido cambiar de estrategia y buscar acuerdos entre distintos bloques que, en última instancia, nos mueven hacia un espacio con menos trabas y más eficiencia".