Mark Littlewood dirige, desde finales de 2009, el todopoderoso Institute of Economic Affairs. El centro de pensamiento británico fue un referente en años de gobierno de Margaret Thatcher y, a pesar del paso del tiempo y de los importantes cambios que se están dando en Reino Unido, sigue siendo un bastión del pensamiento liberal de máxima relevancia en las islas.
Libre Mercado ya ha publicado la primera entrega de nuestra conversación con Littlewood, una entrevista en la que se habló del liderazgo de Theresa May y de la compleja negociación del brexit, que veremos en la segunda mitad de 2017. Pero la charla no terminó ahí y este diario también pudo charlar con el director del IEA sobre otras cuestiones de relevancia.
Uno de los puntos en el que era obligado detenerse es el futuro de la City londinense. Littlewood mantiene que "probablemente se han exagerado las consecuencias del brexit para la City de Londres. Nos hemos vuelto locos con la salida de la Unión Europea y hemos asumido que su impacto iba a ser desastroso. Pero el PIB creció un 2 por ciento en 2016, de manera que la 'incertidumbre' de la que tanto se habló no se ha materializado".
Está claro que "el brexitno ayuda a la City, pero tampoco supone su fin. Es fantasioso pensar que un mercado financiero tan integrado, tan profundo, tan diversificado y tan competitivo pueda venirse abajo tan fácilmente. Hay plazas financieras con cierta relevancia en Europa, como Frankfurt, Génova, Luxemburgo, Zürich, Dublín… Es posible que haya cierta deslocalización hacia estas capitales, pero muy limitada. Lo mismo con Madrid".
En su opinión, el brexitsí va a obligar a los servicios financieros británicos a ponerse las pilas y "modificar nuestro entorno regulatorio, para que esta industria siga en Londres y consolide su rol como hub que canaliza inversiones y ahorros para toda Europa. La clave va a ser la regulación: hay que darle facilidades a las empresas y permitir que los mercados se adapten a la nueva situación lo antes posible".
Trump y Rajoy
También preguntamos a nuestro invitado por la llegada de Trump a la Casa Blanca. "No soy fan del nuevo presidente y no creo que encarne los valores liberales que defendemos desde el IEA. De hecho, me preocupa su falta de consistencia, su caótico estilo de liderazgo. En sus propuestas políticas hay luces y sombras, pero sobre todo muchos puntos que invitan a observar esta nueva etapa con cierto escepticismo. Quizá lo más interesante es que Trump ha iniciado una conversación necesaria como es la de la sobrerregulación. Puede que no cumpla todas sus promesas al respecto, pero al menos ha abierto la conversación. Y hay que abrir ese debate, porque el exceso de normas está atenazando el crecimiento en Occidente", señala.
¿Y qué hay de Rajoy y de la situación española? En opinión de Littlewood, "vale la pena recordar que España fue ‘el enfermo de Europa’ en los peores momentos de la crisis del euro, pero toda esa percepción ha quedado atrás y la situación ahora es mucho mejor. El problema, eso sí, es que no hay voluntad política para impulsar reformas de verdadero calado. El déficit es alto, el Estado sigue siendo demasiado grande y todo eso exige coraje. No es solo un reto para España, también en el resto de Europa me preocupa que no se hagan reformas más profundas, porque eso impide un crecimiento más competitivo, más sostenido y más continuado".