Mark Littlewood es una de las voces más influyentes del panorama político británico. Desde finales de 2009, dirige el Institute of Economic Affairs, uno de los think tanks más influyentes de las islas. El gran público del Reino Unido también le conoce por sus frecuentes apariciones en prensa, radio y televisión.
Libre Mercado se ha entrevistado con Littlewood a las puertas de las elecciones generales, que se celebrarán en su país el próximo 8 de junio, pero es imposible hablar del futuro sin tocar el agitado pasado de las islas, que hace apenas un año votaron mayoritariamente a favor de abandonar la Unión Europea. "Fue el golpe al establishment más duro que hemos visto durante muchas generaciones. No fue una sorpresa colosal, porque las encuestas hablaban de un resultado ajustado. Eso sí, la mayoría de los sondeos apuntaba que, al final, la opción de la permanencia en la UE saldría vencedora. Quizá eso desmovilizó a parte del electorado. El caso es que el 23 de junio de 2016 se dio ese resultado y ahora estamos en un escenario completamente nuevo", explica.
En su opinión, "la dimisión de David Cameron y la investidura de Theresa May han sido acontecimientos de enorme calado. El sistema político ha cambiado mucho. Cuando se votó por el brexit, se hablaba mucho de una salida suave, se especulaba sobre un nuevo estatus asociado similar al de Suiza o Noruega… Pero cada vez se ha ido aceptando más y más la tesis de que vamos al llamado Hard brexit, a un brexitduro y poco ventajoso para los intereses británicos".
Ante este cambio en las expectativas, la Administración May ha pretendido reforzar su liderazgo llamando a nuevas elecciones. "Parece probable que Reino Unido acabe fuera de la UE sujeto al mismo tratamiento que cualquier otro Estado ajeno a los acuerdos comunitarios. Quizá, haya una negociación algo más conciliadora y se pacten algunas cuestiones. Pero el terreno de juego se ha desplazado: ya nadie habla de una salida suave", reconoce.
Hacia dónde va Reino Unido
El director del IEA es ‘optimista’ sobre la capacidad de las islas para ajustarse a esta situación. "Sería un golpe perder los privilegios que da el Mercado Único, pero el coste anual para el PIB británico estaría en el entorno de 7.000 millones de libras esterlinas, unos 8.000 millones de euros. Y no es ninguna broma perder esa riqueza, pero tampoco hablamos de cifras astronómicas. Por tanto, habrá que darle la vuelta a la situación y apostar por una apertura económica liberal que ayude a amortiguar el golpe y salir adelante".
¿Será ese el camino que seguirá Reino Unido? "El Partido Laborista concurre con una propuesta radical, muy intervencionista. No hay ambigüedad en su mensaje: es una apuesta por volver a niveles de dirigismo impropios del siglo XXI. No sería una sorpresa que el 8 de junio veamos un castigo electoral a la izquierda, que supondría probablemente el fin de Jeremy Corbyn como líder de la oposición. En cuanto al Partido Conservador, su manifiesto cuestiona las tesis liberales en determinados puntos. Quizá, esto se explica como un guiño electoral a los votantes de centro-izquierda que se están acercando a los tories, pero en cualquier caso no nos gusta que se envíen esos mensajes", señala.
Preguntado por los liberal-demócratas y el UKIP, Littlewood destaca que "el bipartidismo está volviendo a ganar peso, de manera que ambos partidos lo tienen complicado. Había quien pensaba que la postura europeísta de los liberal-demócratas resultaría efectiva electoralmente, pero las encuestas apuntan a que se quedarán en niveles de voto similares a los de 2015.
En cuanto al UKIP, su mensaje estaba concentrado en lograr la salida de la UE, pero ahora que ya es una realidad, la dimensión política del partido ha quedado muy tocada. En el fondo, son una historia de éxito y han logrado sus objetivos, pero ahora ya no tienen mucho encaje. En 2015, lograron el 13 por ciento de los votos, de manera que será interesante ver si esos votos refuerzan la base tory".