La era digital ha facilitado enormemente el día a día de todas las sociedades del mundo. Tanto es así, que la nueva iniciativa de uno de los países más digitalmente avanzados del mundo, Estonia, permite a cualquier persona hacerse residente digital del país.
La e-residency forma parte de una serie de iniciativas impulsadas por el país europeo, que cuenta con 1,3 millones de habitantes. Este programa, catalogado como "sorprendente e innovador", ofrece múltiples beneficios y ventajas a todos aquellos que quieran abrir una empresa y operar dentro de la Unión Europea, sin necesidad de tener la nacionalidad de ninguno de los países ni de vivir allí, tal y como recoge World Economic Forum.
No obstante, hay que señalar que la e-residency no otorga la ciudadanía y el visado sigue siendo necesario. Su objetivo es que los nuevos residentes digitales contribuyan a la economía del país gracias a sus empresas. "La residencia digital permite a cualquier persona establecer un negocio con base en la Unión Europea y utilizar nuestra avanzada infraestructura digital para manejarlo desde cualquier lugar del mundo", señala Gaspar Korjus, director de programas del proyecto.
Más de 20.000 e-residents y 3.000 empresas
Abrir un negocio sin necesidad de un director local, acceder a bancos y pagos online o declaración de impuestos online son algunas de las ventajas que ofrece la tarjeta de residente y, todo ello, sin necesidad de estar físicamente en Estonia.
Ya hay más de 20.000 e-residents de 138 países, que controlan unas 3.000 empresas, según la web oficial, y, de ellos, más de 270 personas son de países de Latinoamérica. La mayoría son de Brasil, Argentina y México, pero también hay personas de El Salvador o Nicaragua. "Todas las transacciones son registradas, tu identidad está aquí, todo es muy transparente", señalaba Korjus en una entrevista para la BBC.
"La residencia digital no cambia las regulaciones internacionales impositivas", aclara Katre Kasmel, jefa de comunicaciones del proyecto."En cualquier caso hay que pagar impuestos donde creas el valor", asegura. "Los residentes digitales deberían hablar con un experto en impuestos para entender sus obligaciones". El objetivo es que los e-residents paguen impuestos sobre sus ganancias donde éstas se generen y el Gobierno estonio lo transmitirá a las autoridades. Sin embargo, es necesaria una cooperación entre países que aún está en "fase de preparación", añade Kasmel.
Un proceso sencillo y online
Gracias a una asociación con la empresa finlandesa Holvi, los residentes podrán abrir una cuenta sin necesidad de viajar al país. Sencillamente, tendrán que pagar 39 dólares y obtendrán una tarjeta Mastercard. Actualmente, hay lista de espera.
Para lograr la residencia digital hay que escribir una carta de motivación y pagar 100 euros. Posteriormente, las autoridades comprueban que el titular no tenga antecedentes para, finalmente, aprobarla o no. Una vez aprobada, la e-residency card se podrá recoger en embajadas o consulados de Estonia.
"Borderless banking: Estonia's e-residents can open accounts without going there." @Holvi #eResidency https://t.co/IIt1wRqgHK pic.twitter.com/Eac3R2XMIT
— e-Residency: Estonia (@e_Residents) May 31, 2017