A lo largo de la presente crisis, millones de españoles han hecho las maletas y han cambiado su comunidad autónoma de residencia en busca de nuevas oportunidades. Por motivos económicos o personales, el flujo de migraciones interautonómicas acumulado entre 2008 y el primer semestre de 2016 asciende a 3,3 millones de personas, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística que ha evaluado Libre Mercado.
En 2008, el estallido de la crisis coincide con un flujo de movimientos entre nuestras regiones que asciende a 413.859 personas. Para 2009, la cifra alcanzada fue de 398.496 traslados. En 2010, 399.421 ciudadanos cambiaron una comunidad por otra. A lo largo de 2011, el flujo migratorio interautonómico fue de 397.466 personas.
De forma acumulada, los cuatro últimos años de Rodríguez Zapatero fueron de la mano de un total de 1,6 millones de movimientos de unos territorios a otros. Este período coincide con los momentos más duros de la crisis, en términos de actividad y desempleo.
Progresiva atenuación
Los números para 2012-2016 muestran un cierto descenso en la movilidad. En 2012 fueron 378.001 los españoles que cambiaron su comunidad autónoma de residencia, mientras que en 2013 la cifra final fue de 363.471 y en 2014 hubo un nuevo descenso, hasta caer a 358.904, cifra muy cercana a los 359.428 de 2015.
De forma acumulada, los cuatro primeros años de Mariano Rajoy fueron de la mano de un total de 1,4 millones de flujos migratorios de unas autonomías a otras. La cifra apunta a una lenta pero progresiva caída de los flujos interregionales, al calor del progresivo repunte de la economía española.
Para 2016 solo tenemos cerradas las cifras del primer semestre: 167.500 movimientos migratorios interautonómicos, que en tasa anual supondrían alrededor de 335.000. Esta progresiva atenuación vendría a confirmar que los flujos migratorios han perdido vigor conforme el mercado laboral ha ido mejorando y el desempleo ha ido cayendo.