Cécile Philippe dirige desde 2003 el Instituto Económico Molinari, un think tank con sede en París. Doctora en Economía por la Universidad de Paris-Dauphine, es una de las analistas liberales más importantes de nuestro país vecino. Libre Mercado se ha entrevistado con ella para evaluar el panorama político y económico que deja la elección del nuevo presidente, Emmanuel Macron.
- ¿Cómo llega Macron a las legislativas, después de su triunfo en las Presidenciales?
Puede que En Marche logre una mayoría simple en la Asamblea, pero las encuestas dibujan un panorama complejo y no hay que olvidar que los sondeos están demostrando mucha fiabilidad en los últimos comicios celebrados en Francia. En el Senado, las elecciones de junio apenas suponen la renovación de uno de cada tres asientos, de manera que la situación para Macron es aún más compleja en ese frente.
- Entonces, ¿puede Macron llevar a la práctica sus promesas de grandes reformas?
Lo va a tener más complicado de lo que puede parecer a primera vista. De entrada, está la situación de Asamblea y Senado que acabamos de comentar. Pero, además, hay que tener en cuenta el rol que juegan los sindicatos y los grupos con más presencia en la calle, donde tradicionalmente hemos visto movilizaciones muy fuertes cada vez que se han intentado aplicar cambios de calado en nuestro modelo económico.
- ¿Y qué actitud presagia por parte de esos círculos?
Combativa. En la segunda vuelta ya hemos visto los mayores niveles de abstención electoral de la historia de la Quinta República. Además, la extrema izquierda ha mandado un mensaje claro a Macron: una cosa es que haya ganado por el efecto del voto útil contra Le Pen y otra que tenga capacidad real de implementar su programa. La principal lección que hay que sacar de estas elecciones es que hay una Francia más pragmática pero también otra que está muy radicalizada.
- Ante un panorama así, ¿qué reformas podemos esperar por parte del nuevo inquilino del Elíseo?
Para empezar, Macron ha hablado de limpiar la política a base de terminar con determinados privilegios que han favorecido escándalos como los que hemos conocido en los últimos meses. Ese mensaje de renovación le ha valido a Macron el apoyo del electorado joven y probablemente veremos su continuación durante la próxima legislatura.
- ¿Qué otros puntos van a tener más importancia?
Macron ha defendido la necesidad de cambiar las leyes laborales. Ya en la pasada legislatura, el presidente François Hollande puso encima de la mesa la simplificación y la modificación del marco que regula el mercado de trabajo. En círculos oficialistas se habló mucho de copiar la reforma española de 2012. Pero aquel intento fracasó y no está claro que Macron pueda obtener un resultado distinto.
- Imagino que habrá otros asuntos relevantes…
También ha hablado de bajar algunos impuestos, de mejorar el funcionamiento de la Administración, de reorganizar el planteamiento de la lucha contra el terrorismo… Macron ha hablado de hacer muchos cambios, pero no se si tiene claro cómo lograrlos. En sus propuestas falta detalle, falta concreción, falta profundidad… Al final, por mucho que algunos sectores estén esperando al nuevo Presidente con el cuchillo entre los dientes, no está nada claro que Macron pueda cambiar Francia como creen sus defensores más entusiastas o como él mismo ha prometido.
- ¿Cómo valora su paso por el ministerio de Economía?
Era muy enérgico y tenía mucha perseverancia. Pero no logró introducir ningún cambio de calado. De manera que, aunque su mensaje reformista le dio la notoriedad que ha terminado llevándole al Elíseo, también hay que decir que su paso por el ministerio no se tradujo en ningún hecho palpable.