Fue una negociación muy larga, similar a los tensos encuentros a puerta cerrada que vivimos durante el verano de 2015. Pero el encuentro entre el ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, y la Troika se ha saldado con la firma de un "acuerdo técnico preliminar". Hay, por tanto, fumata blanca para desbloquear un nuevo tramo del "rescate" de la deuda helena.
El pacto incluye un recorte del 18 por ciento en las pensiones, así como la creación de un fondo orientado a gestionar el programa de privatizaciones que el gobierno de Alexis Tsipras aún no ha implementado.
El ajuste a las pensiones debe implementarse a partir de 2019 y está orientado a mantener un elevado superávit fiscal en el corto, medio y largo plazo. Los acreedores esperan que los diputados que respaldan al Gobierno aprueben las medidas en el Parlamento antes del 22 de mayo, fecha en que se reunirá de nuevo el Eurogrupo. No obstante, puede haber sorpresas de última hora: la popularidad de Tsipras está por los suelos, la mayoría legislativa de Syriza y ANEL es de apenas tres escaños y la oposición no está por la labor de seguir extendiendo cheques en blanco al Ejecutivo heleno.
Al parecer, la negociación incluyó discusiones sobre la flexibilización del mercado de trabajo, pero los técnicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional han terminado cediendo y no han incluido este punto en el pacto cerrado anoche en un hotel de Atenas. La Comisión ha adoptado la postura más favorable al gobierno de Tsipras y, de hecho, el comisionado de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha declarado que "es hora de pasar página y dejar atrás el difícil capítulo de la austeridad griega".
Tajo a las pensiones y ronda de privatizaciones
En lo tocante a las pensiones, el documento firmado por el Gobierno de Tsipras contempla un recorte del 18 por ciento que afectará a 900.000 pensionistas. Ahora mismo, la prestación media que reciben estos jubilados supera los 700 euros, si bien el tajo pactado entre el Gobierno y la Troika va a dejar esa cantidad en el entorno de los 560 euros.
Atenas también se ha comprometido a acelerar el programa de privatización. El documento incluye la creación de un fondo orientado a gestionar los ahorros generados por estas medidas, con el objetivo de reducir la deuda soberana y evitar nuevos compromisos por parte de los acreedores. Este es un viejo reclamo del Gobierno alemán que quedó descartado en las tensas negociaciones de 2015, pero que finalmente se ha terminado adoptando.
La noticia llega dos semanas después de la privatización de la gestión de catorce aeropuertos, una operación pactada con la empresa alemana Fraport por un monto de 1.200 millones de euros. También hace algunos días se anunció que varias compañías teutonas están muy bien posesionadas para entrar en el accionario del puerto de Tesalónica, en Atenas.
Según lo publicado, el nuevo programa de privatizaciones incluye la venta de minas y plantas de carbón. Se estima que el 40 por ciento de la capacidad eléctrica depende de esta serie de activos, que ahora pasará a manos privadas. La venta debe quedar cerrada antes de verano de 2018. Además, el Gobierno de Syriza vuelve a comprometerse a vender el 66 por ciento de la operadora de gas natural DESFA, otra de las empresas de utilidades más importantes del país heleno.