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Domingo Soriano

Montoro llega tarde, otra vez

Los PGE, en su línea: si todo sale bien, se alcanzará el objetivo de déficit. Cualquier contratiempo volverá a llevar a España por encima del límite.

Los PGE, en su línea: si todo sale bien, se alcanzará el objetivo de déficit. Cualquier contratiempo volverá a llevar a España por encima del límite.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante su intervención en la sesión del control al Gobierno celebrada este martes en el Senado. | EFE

Seguro que todos ustedes tienen uno de esos amigos que siempre llega tarde, aunque siempre asegura que sale de casa con margen de sobra. Está usted sentado en la mesa del restaurante donde quedaron y el tipo se presenta media hora tarde. Y le dice: "Pero bueno, qué ha ocurrido esta vez". "Salí de casa con tiempo, pero me ha pasado de todo", contesta… y empieza a soltarle todo tipo de excusas.

La primera vez, usted le cree. La segunda, un poco menos. La tercera, ya asume que el problema es conceptual. Cuando su amigo le dice que salió "con tiempo de sobra" lo que en realidad quiere decir es: "Bajé al garaje 15 minutos antes de la hora en la que habíamos quedado; si todos los semáforos de Madrid se hubieran puesto en verde según me acercaba con mi coche a ellos, si la M-30 hubiera estado vacía; y si hubiera encontrado sitio para aparcar en la puerta del restaurante… entonces quizás habría llegado sólo un par de minutos tarde en lugar de la media hora de plantón que te he hecho pasar".

Vamos, que su amigo sabe que llegará tarde, pero no le importa en demasía. Su excusa, que si todo encaja a la perfección quizás esté a la hora prevista, no es más que una forma de lavar su conciencia e intentar que usted no se enfade demasiado.

La próxima vez que vea usted a Cristóbal Montoro hablando de los Presupuestos Generales del Estado y el objetivo de déficit, piense en su amigo, el tardón. Porque lo que le intentará explicar el ministro de Hacienda es más o menos lo mismo: si todas las optimistas previsiones de ingresos tributarios se cumplen, si al mismo tiempo todos los gobiernos autonómicos se vuelven responsables como por ensalmo, si los mercados de deuda pública siguen en mínimos históricos y si Venus, Saturno y Urano se alinean… entonces, y sólo entonces, hay una mínima posibilidad de que España cumpla con su objetivo de déficit.

Esto no se lo dirá el ministro, claro. El mismo que hace unas semanas aseguraba, cuando le ponían delante su propia contradicción y los cinco incumplimientos seguidos que lleva desde el año 2012, que "el objetivo inicial de déficit no existe", no tiene ahora ninguna duda de que en este 2017, por fin, los planetas estarán todos en su sitio para que él pueda ponerse la medalla menos valiosa de la historia de la economía española: la de haber llegado al 3% de PIB de déficit público que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE una década después de iniciada la crisis.

La seriedad de la AIReF

La despreocupación de Montoro respecto a lo que debería ser su objetivo número 1 como ministro de Hacienda contrasta con la seriedad de su bestia negra, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) de José Luis Escrivá. Una entidad pública creada a instancias de Bruselas durante la última crisis y que muchos temíamos que fuera a convertirse en otro organismo fallido, de esos que abundan en las administraciones españolas, en teoría independientes y en la práctica controlados de arriba a abajo por el Gobierno. No ha sido así hasta el momento. Veremos cuánto dura. Pero por ahora, incluso aunque discrepo de algunas de sus recomendaciones, es gratificante ver que hay hueco en nuestro país para funcionarios independientes y con conocimientos técnicos, que dicen lo que piensan incluso aunque eso moleste al ministro de turno y que ponen una ingente cantidad de datos en las manos de la prensa y el público, para que la labor de control al Ejecutivo sea algo más que una frase en sus estatutos.

Este miércoles era el turno de la AIReF y de Escrivá para dar su opinión sobre las cuentas públicas para este año. El presidente del organismo acudía a la Comisión de Presupuestos del Congreso y ponía a disposición de quien quisiera leerlos sus "Informes sobre el Proyecto de PGE para 2017 y de presupuestos iniciales de CC.AA. y CC.LL.". ¿Cuál es su conclusión?: "La AIReF considera que es factible pero exigente el cumplimiento del objetivo del -3,1% del PIB". Es decir, en el organismo creen que se puede lograr, pero que hay poco margen de error.

Hacienda se agarrará a ese "factible", ya lo verán. Como su amigo, el que siempre sale "a tiempo" se agarra a que una vez en su vida logró llegar de su casa a ese restaurante en 15 minutos. Y Montoro volverá a incumplir. Ya lo verán. El déficit público de España en 2017 estará por encima del 3,1% del PIB. Pero es que incluso aunque no alcance esa cifra mágica, aunque al ministro se le pongan en verde los 27 semáforos seguidos que necesita para cumplir con la que debería ser su principal prioridad y que no ha logrado desde 2012… pues bien, incluso así, lo que está haciendo este Gobierno es inaceptable. Porque lo que dice la AIReF es que si todo sale bien, con suerte, estaremos en la cifra prometida. Y tras 10 años pasándonos el Pacto de Estabilidad y Crecimiento por el arco del triunfo, tras un lustro de Gobierno del PP, tras tres ejercicios de crecimiento por encima de previsto, con medio millón de empleos creados al año: digo yo que tampoco pasaría nada porque, por una vez, nos equivocásemos del otro lado y llegásemos 10 minutos antes a la cita. No se preocupen, que no pasará.

¿"Factible"?

Porque además, lo de que cumplir el objetivo total es "factible" no es lo único que se puede sacar del informe de la AIReF. También dice todo esto:

- Dice que la Administración Central (AC) y la Seguridad Social, es decir, las dos patas del gasto público que controla Montoro directamente, son las que tienen más complicado cumplir con su objetivo parcial. En concreto de la AC la AIReF dice que "cumplir con el objetivo de déficit requeriría de unos ajustes excepcionalmente altos". Por cierto, buena parte de esta incertidumbre llega de los impuestos directos (sobre todo IRPF) que vuelven a tener unas previsiones de ingresos poco realistas.

- Dice que "las previsiones de ingresos de la Seguridad Social se consideran muy improbables". En 2016, los ingresos por cotizaciones sociales fueron ¡14.000 millones! más bajos de lo que decían las previsiones de Montoro en los PGE. Para este año, la AIReF no prevé un descuadre similar, pero ya le avisa al ministro de que sus cifras no se sostienen.

- Dice que "falta información relevante" en los PGE, lo que aumenta la "incertidumbre". En concreto, el Gobierno no explica qué ajustes de Contabilidad Nacional convertirán un déficit del 1,8% del PIB para la Administración Central (que es lo que viene en los PGE) en el 1,1% que anticipan sus previsiones. En los últimos cuatro años, esos ajustes de Contabilidad Nacional han dado una cifra del -0,2% (es decir, han perjudicado al Gobierno); ahora la previsión es de +0,7%. ¿Cómo explica Hacienda ese punto de diferencia? La AIReF no lo sabe, porque nadie le ha dado la información requerida.

- Dice que la regla de gasto y el objetivo de déficit no cuadran. Es decir, que las administraciones regionales y locales tienen por un lado un límite de gasto, pero que cumplir con éste no asegura que vayan a hacerlo con el de déficit. A algunas les favorece una y a otras les pasa al contrario. Por ejemplo, en nueve CCAA la regla de gasto es más exigente que el objetivo de estabilidad. ¿Qué creen que pasará? ¿Se ajustará algún gobierno regional a una regla de gasto poco clara cuando la cifra que todos tenemos en la cabeza, la del déficit, les da más margen? Pues eso… papel mojado.

- También dice la AIReF que hay tres regiones (Cantabria, Extremadura y Murcia) que es "muy improbable" que consigan su objetivo de déficit del 0,6%. Y otras tres, Aragón, Navarra y Valencia, en las que es "improbable".

- En este punto, el de las finanzas de las CCAA, hay un apunte todavía más interesante que hacer. La AIReF aboga desde hace meses por poner objetivos de déficit diferenciados a las regiones. El planteamiento del organismo (que yo no comparto, pero tiene su lógica) es que no tiene sentido seguir con el actual modelo, que fija la misma cifra para todas sin tener en cuenta su punto de partida. Creen que no es realista pedir que Murcia pase del 1,7% de déficit de 2016 al 0,6% de este año. Mejor asumir el punto de partida y trabajar a partir de ahí: "No tiene sentido que tengan todas el mismo objetivo", explicaban fuentes de la AIReF este miércoles, "si queremos poner eso [que todas tienen el objetivo del 0,6% del PIB], ya podemos decir que Murcia va a incumplir y tendrá que presentar su tercer o cuarto Plan Económico Financiero consecutivo. Un PEF que tendrá muy poco realismo detrás".

Suena lógico. En un estado de cosas normalizado, parecería sensato que cada uno tuviera un objetivo en función de su situación. El problema es que generalizar este modelo podría tener incentivos perversos. Si las regiones creen que el que más incumpla con el déficit este año más margen tendrá al año siguiente, es fácil imaginar lo que podría ocurrir. Por eso, en la AIReF tienen otro mensaje para Hacienda: comience usted a utilizar de verdad los mecanismos previstos en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, una norma que en el organismo aseguran que "se aplica de aquella manera". Es el último mensaje para Montoro: para qué se aprobó una Ley como aquélla si luego se iban a meter en un cajón las herramientas que daba para controlar a las administraciones incumplidoras. Y qué mensaje se está lanzando a las que sí se ajustan a lo que se les pide.

A cada una de estas advertencias de la AIReF, Hacienda responderá de forma diferente. Como su amigo tiene una excusa para cada día que llega tarde. El problema es que aquí no hablamos sólo de una falta de educación. Se trata del déficit público de España, que pagamos usted y yo. Se trata de que nuestro país es el único junto a Grecia que sigue en el procedimiento de déficit excesivo. Se trata de que estamos dejando pasar unos años preciosos, con crecimiento y creación de empleo, para ajustar de verdad nuestras finanzas. Se trata de que la deuda está en el 100% del PIB y ya no tenemos el margen que teníamos al comienzo de la crisis, cuando estábamos en el 35%. Se trata de que nuestro país sigue siendo uno de los más expuestos de la Eurozona si vuelven los problemas a los mercados de deuda, algo que puede pasar en cualquier momento y por cualquier causa (desde un resultado electoral inesperado en Francia a otra locura de Tsipras en Grecia). Se trata de que la conjunción planetaria de Montoro no ha ocurrido en cinco años y lo lógico es que no ocurra tampoco en éste.

Que su amigo (y su ministro) no le cuente milongas: no llega a tiempo porque no le da la gana, porque no le preocupa que usted espere, porque prefiere pensar en su ganancia cortoplacista que en cumplir con su palabra. Y no, en la puerta del restaurante nunca hay sitio para aparcar… y él lo sabe.

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