Según Eurostat, en 2014 había más de 5.000 filiales de multinacionales españolas en el extranjero, concentrándose cerca de tres cuartas partes en las actividades del comercio, construcción, manufacturas, finanzas, información y telecomunicaciones. Desde 2010, su número se ha incrementado en 1.000 filiales, especialmente en las tres primeras actividades, mientras que en el sector financiero su número ha descendido.
En cuanto al destino, los factores clave son los de proximidad -Francia y Portugal son el primer y segundo destino- y los vínculos culturales con Latinoamérica -México ocupa la tercera posición y Brasil la sexta-. Entre 2010 y 2014, el número de filiales españolas se ha incrementado especialmente en Francia, mientras que ha descendido en los países anglosajones de Reino Unido y Estados Unidos.
Por otro lado, si se analiza su repercusión económica, los sectores más representativos son el financiero y las manufacturas, debido a que el tamaño medio de sus filiales superior al de las actividades del comercio y de la construcción. Por lo general, crece la facturación en todos los sectores -especialmente en utilities, que agrupa al negocio eléctrico y gasístico-, con la excepción de las telecomunicaciones.
Por países, el factor de proximidad no es tan relevante como la dimensión de cada mercado, y tanto emergentes en Latinoamérica (Brasil y México) como las principales economías anglosajonas (EEUU y Reino Unido) copan las cuatro primeras posiciones.
Puede afirmarse que el factor proximidad es más relevante para las empresas de menor tamaño, mientras que los mercados más lejanos, pero con mayor dimensión, son factores más determinantes entre las grandes multinacionales españolas. En el caso de Estados Unidos y Reino Unido, una mayor facilidad para acceder a sus mercados es un importante punto a favor -ambos entran en el top 10 del índice Doing Business que elabora el Banco Mundial-.