"El objetivo inicial de déficit no existe". El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reconoció este jueves que las promesas y compromisos del PP en materia presupuestaria no tienen demasiado valor. Al menos mientras exista la posibilidad de implorar en Bruselas para que los suban una vez más.
Montoro presenta este viernes el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017 y, como todos los años, el ministro se encargará de cuadrar las cuentas sobre el papel para decir alto y claro que España cumplirá el objetivo de déficit acordado con Bruselas, del 3,1% del PIB a cierre del presente ejercicio. Sin embargo, a la vista de los datos que se expondrán a continuación, tal afirmación carece de credibilidad alguna.
Como admite el propio Montoro, "el objetivo inicial no existe". No sólo eso, en otro momento de la rueda de prensa, ni siquiera quiso responder cuando le preguntaron si era cierto que 2016 era el primer año en el que su Gobierno había cumplido con alguno de los objetivos de déficit pactados. Esto fue lo que dijo: "No es así para nada [que sea la primera vez que se cumple un objetivo]. Pero no vamos a destruir todas las leyendas urbanas. Lo importante es el cuadro que hemos dado. ¿Hemos bajado el déficit a menos de la mitad? ¿España está creciendo y creando empleo? Sí. Eso es lo importante. Si hacemos la historia de cada año y de las revisiones de cada año… Pero hace mucho que no me peleo con eso titulares". Es decir, que no quiso admitir lo evidente: en ninguno de los últimos cinco ejercicios el déficit han estado por debajo de la cifra que el Gobierno manejaba al comienzo del año. Y sólo en 2016 se ha logrado bajar de la cifra renegociada a mitad del año con Bruselas.
En este sentido, la estrategia fiscal que ha seguido el PP desde que llegó al poder a finales de 2011 ha sido siempre la misma: prometer a las autoridades comunitarias que es un Gobierno responsable y, por tanto, cumplirá los objetivos cuando presenta los Presupuestos; posteriormente, una vez aprobados y conforme la ejecución presupuestaria se desvía de la tendencia marcada, empieza a presionar a Bruselas para renegociar al alza los objetivos previstos, minimizando así la necesidad de ajustes; y no sólo una vez, sino las que sean necesarias hasta que el objetivo se aproxime al déficit real del Estado. De esta forma, cuando acaba el ejercicio y Montoro presenta los datos de déficit, puede vanagloriarse de que el Ejecutivo ha cumplido -o casi, porque en realidad ni siquiera esos nuevos límites pactados se han alcanzado-.
Ésta y no otra es la tónica que ha seguido el PP durante sus años en el Gobierno. Los datos no mienten. Una cosa son los objetivos iniciales que marca la UE y otra muy distinta el déficit real que acaba registrando el Estado. ¿Qué pasará en 2017? Ahora mismo, la cifra oficial es del 3,1% y Montoro asegura que servirá para que España salga del procedimiento de déficit excesivo. Sería la primera vez desde que es ministro de Hacienda que consigue alcanzar el dato al que se comprometió al comenzar el año.
- 2011: las cuentas públicas arrojaron un agujero del 9,5% del PIB frente al 6% que había acordado el anterior gobierno socialista de Zapatero con la UE y que Elena Salgado defendió que se cumpliría hasta el último momento. Los populares se agarraron a ese desvío para justificar los recortes de gasto y, sobre todo, el sablazo fiscal que impuso el nuevo Gobierno a empresas y familias, saltándose por completo el programa electoral y el discurso de investidura de Mariano Rajoy. En aquel momento, la excusa fue que se trataba de un agujero inesperado, aunque meses antes de que el PP ganara las elecciones ya parecía muy complicado que España cumpliera el umbral marcado por Bruselas.
- 2012: sea como fuere, durante sus primeros meses en La Moncloa, Rajoy mantuvo los objetivos iniciales de consolidación, afirmando que reduciría el déficit hasta el 4,4% en 2012 y hasta el 3% en 2013. Pero poco duró la apuesta. En la primavera de 2012, el Gobierno elevó de forma unilateral el objetivo de déficit al 5,8% en 2012, aunque mantenía la meta inicial del 3% para 2013.
Posteriormente, tras presionar y renegociar con Bruselas, el PP logró al final acordar con la Comisión Europea un objetivo del 5,3% para 2012 (desde el 4,4% inicial) y del 3% para 2013. Al mismo tiempo, preveía un agujero del 2,2% en 2014 y del 1,1% en 2015, tal y como refleja el Programa de Estabilidad 2012-2015, el primero elaborado por Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda.
Pocos meses después, y a la vista de que España tampoco cumpliría esos objetivos, el PP volvió a renegociar las condiciones pactadas con Bruselas, elevando, por segunda vez, los objetivos de déficit al 6,3% en 2012 (frente al 5,3% comprometido anteriormente), al 4,5% en 2013 (frente al 3% anunciado) y al 2,8% en 2014 (frente al 2,2% inicial).
Al final, el déficit de 2012 ascendió al 6,79% del PIB sin contar las ayudas al sector financiero y al 10,47% si se incluyen estas ayudas. Hay que recordar que el objetivo inicial era del 4,4% y el final del 6,3%. Ninguno de los dos se alcanzó.
- 2013: este año la dinámica volvió a ser la misma. Un objetivo inicial que desde muy pronto parece claro que no se cumplirá. Sucesivas rondas de renegociación con Bruselas. Un objetivo final más acorde a las cifras que se iban conociendo mes a mes... Y el incumplimiento tanto de la cifra inicial como de la final.
En aquel año, Rajoy anunció muy pronto que España cerraría ese ejercicio con un déficit del 6% frente al 4,5% fijado por Bruselas. Tras negociar otra vez con la Comisión, la UE acuerda en mayo de ese año elevar una vez más los límites fijados para España, situándolos finalmente en el 6,5% del PIB en 2013.
Pues bien, el déficit público cerró 2013 en el 6,68% del PIB sin contar las ayudas a la banca y en el 7,00% si se incluyen. El Gobierno ni siquiera fue capaz de alcanzar el 6,5% renegociado con la UE y que era muy superior a la cifra inicial prometida, que era del 4,5% del PIB.
- 2014: hay que recordar que en 2012 la primera cifra de déficit que el Gobierno ofreció para 2014 fue el 2,2% del PIB. Luego, según se fueron incumpliendo los datos de 2012 y 2013, ese nivel fue subiendo, hacia un límite más acorde con el grado de cumplimiento presupuestario de que hacía gala el Gobierno.
Tras el cierre de 2013 y ese 6,68% de déficit, la UE nos dio mucho más margen para el siguiente año. En 2014, el objetivo oficial seguía siendo el 5,5% (ver el siguiente cuadro del Programa de Estabilidad 2014-2017). Tras pedir más margen en Bruselas, se subió esa cifra al 5,8% del PIB. La cifra final fue del 5,86% sin contar las ayudas a la banca y del 5,99% si se suman estas ayudas. Tampoco cumplimos, aunque éste es el año en el que más cerca estuvo el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
- 2015: éste fue el ejercicio en el que las palabras y promesas del Gobierno más lejos estuvieron de las cifras finales. España comenzó el año con un objetivo de déficit de 4,2% del PIB (cogemos esa cifra aunque era superior a la primera que el Gobierno ofreció en el Programa de Estabilidad 2012-15).
En abril de 2015, todavía se mantenía ese objetivo, como puede verse en la siguiente tabla. Pues bien, incluso aunque fue un ejercicio de fuerte crecimiento del PIB, por encima del 3%, la cifra final de déficit se disparó hasta el 5,08% casi un punto por encima de lo acordado con Bruselas. Este nuevo incumplimiento no gustó nada en la UE y a punto estuvo de acarrear e España una multa por saltarse de forma reiterada los objetivos de déficit.
- 2016: el pasado año, el Gobierno lo comenzó con un objetivo de déficit del 2,8%. No sólo ésa era la cifra incluida en los PGE-2016, sino que en marzo, cuando Montoro presentó el cierre del ejercicio presupuestario de 2015, mantuvo esa cifra del 2,8%. Sólo a partir de abril, en el Programa de Estabilidad 2016-2019 (ver siguiente cuadro) el Gobierno cambió esa cifra y empezó a hablar del 3,6%.
En verano se llegó a un último acuerdo con Bruselas para elevar el objetivo hasta el 4,6%. Por eso, este jueves, el ministro de Hacienda celebraba que se había logrado la meta: el déficit fue del 4,33% del PIB (o del 4,54% con ayudas a la banca). Por fin, cinco años después, y tras innumerables subidas en el objetivo inicial pactado, España está por debajo de la cifra de déficit que Bruselas le exige... aunque el 4,33% sigue estando un punto y medio del PIB por encima del nivel del que el propio Montoro hablaba hace un año y siete décimas por encima de lo prometido en abril. Y eso en un ejercicio en el que se mantuvo el fuerte ritmo de crecimiento económico y creación de empleo.
Como vemos en los diferentes cuadros, las cifras finales de déficit están muy lejos de las que el Gobierno prometió que conseguiría. Además, no sólo hablamos de los primeros años de la legislatura, marcados por la crisis y en los que se puede alegar que la herencia recibida supuso una carga excesiva para el nuevo Gobierno. Los tres cuadros que mostramos pertenecen a los Programas de Estabilidad de 2014, 2015 y 2016, cuando el Gobierno llevaba ya al menos dos años de legislatura y había vuelto el crecimiento.
Es la información que el Gobierno manda a Bruselas en abril de cada año, con el ejercicio ya comenzado y una vez que conoce los primeros datos de recaudación y gasto. Además, hablamos de tres años en los que el crecimiento económico y la creación de empleo estuvieron por encima de lo previsto. Pues bien, incluso así, los incumplimientos han sido reiterados: cuatro décimas en 2014, nueve décimas en 2015 y siete décimas en 2016 de desviación. No respecto a la primera promesa, sino respecto a lo planteado en abril (y no hemos tenido en cuenta en ninguno de estos cálculos las ayudas a las cajas de ahorros).