España ha registrado más de 200.000 renuncias a herencias desde el estallido de la crisis debido a las deudas y a la elevada carga fiscal que lleva aparejada la transmisión del patrimonio familiar a los herederos, especialmente en algunas comunidades autónomas. Y lo más curioso es que, a pesar de la recuperación económica, las renuncias no dejan de aumentar.
Así, los españoles rechazaron a un total de 38.791 herencias en 2016, según los datos de cierre de ejercicio publicados por el Consejo General del Notariado. Esta cifra supone un 3% más que en 2015 y hasta un 67% más que en 2012, en los peores momentos de la crisis. Desde 2007, las herencias rechazadas casi se han multiplicado por cuatro, ya que en 2007 su número se reducía a poco más de 11.000 casos.
El 10% de los herederos acaba hoy renunciando a su legado frente al 3,4% de 2007 , pero la intensidad de este fenómeno varía en función de cada región. Asturias encabezó este particular ranking, con un 16% de renuncias sobre el total de herencias registradas en 2016, seguida de La Rioja, Baleares, Andalucía y Murcia, con tasas superiores al 12%. En el lado opuesto, destaca Aragón, Galicia y Navarra, con tasas del 8% o menos.
El mayor número de renuncias se produjo en Cataluña y Andalucía, con más de 7.000 casos cada una, concentrando el 38% de los rechazos acontecidos en todo el país. Por último, Murcia y Andalucía son las autonomías que han experimentado un mayor incremento de renuncias desde el comienzo de la crisis, con un 420% y 400%, respectivamente, mientra que País Vasco (127%) y Navarra (164%) presentan las menores subidas desde 2007.
Los datos demuestran, en términos generales, que las renuncias se intensifican en aquellas regiones que aplican una mayor factura fiscal a los herederos. Andalucía y Cataluña registran el mayor volumen de rechazos en números absolutos, Asturias lidera el ranking de renuncias sobre el total de herencias y Murcia es la autonomía que ha experimentado un mayor incremento de casos desde el estallido de la crisis.
Frente a la petición que ha realizado la presidenta andaluza, Susana Díaz, con el apoyo de otra regiones para armonizar al alza el Impuesto de Sucesiones y Donaciones con el fin de evitar la fuga de contribuyentes e ingresar más dinero a través del sistema de financiación territorial, miles de contribuyentes están encabezando una especie de rebelión fiscal en Andalucía y Asturias para exigir la eliminación de este tributo, al que consideran "injusto", "confiscatorio" e "inconstitucional".