El pleno del Parlamento de Canarias ha aprobado este jueves una resolución en la que declara al presidente de la petrolera Repsol, Antonio Brufau, persona "non grata" por calificar de "tercermundista" la oposición que halló su compañía a realizar prospecciones petrolíferas en aguas de las islas. La propuesta de resolución, presentada por Nueva Canarias entre sus iniciativas durante el debate sobre el estado de la nacionalidad, fue apoyada por todos los demás partidos excepto el PP, que se abstuvo.
El Parlamento acusa a Brufau de "haber faltado al respeto del pueblo y de las instituciones públicas canarias en su rechazo masivo, pacífico y unitario a las prospecciones petrolíferas en las costas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura". En consecuencia, insta al Gobierno de Canarias a renunciar a contar con su presencia en los actos oficiales.
¿Qué dijo Brufau?
Brufau reconoció la semana pasada que el proceso de prospecciones en Canarias fue "un dolor de muelas" y lo comparó con las felicitaciones que recibió Repsol por el reciente hallazgo de petróleo en Alaska. "A mí esto me parece retrógrado: pensar que la modernidad pasa por no tener energía es tanto como insultar a los países emergentes que necesitan energía para crecer. El mundo necesita energía. Lo que pasó en Canarias me pareció una pena, tercermundista", dijo en declaraciones a la Cadena Cope.
¿Tenía razón?
En realidad, el rechazo a las prospecciones petrolíferas no se puede calificar ni como "tercermundista" ni como un fenómeno propio de países ricos, ya que, en realidad, supone una anomalía. El lema "petróleo NO, gracias" constituye una excepción a nivel internacional. Las enormes trabas y dificultades que impuso Canarias a las prospecciones son algo excepcional, ya que todos los países, en mayor o menor medida, ya sean ricos o pobres, han apostado por explotar sus yacimientos de hidrocarburos.
Tal y como refleja el siguiente mapa de CIA World Factbook sobre producción mundial de crudo, en función del número de barriles diarios en los distintos países, son contadas las zonas libres de explotación petrolífera en el planeta y, en su mayoría, por ausencia de reservas o capacidad para realizar la correspondiente búsqueda. Renunciar voluntariamente a la explotación de hidrocarburos es algo insólito. En este sentido, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, afirmó esta misma semana que "ningún país encontraría 173.000 millones de petróleo en el suelo y los dejaría ahí". Parece que no conoce el caso de Canarias.
