Richard Zundritsch completó su doctorado en Economía en la Universidad de Viena. Asesor financiero radicado en Suiza, se especializa en áreas como la gestión de grandes patrimonios, el capital riesgo o la planificación fiscal de herencias. Además, participa con asiduidad en instituciones liberales como el Austrian Economics Center o el Hayek Institut. Libre Mercado se ha entrevistado con Zundritsch a lo largo de la cumbre sobre competencia fiscal que organizó Goethals Consulting. El resultado, a continuación.
- ¿Hacia dónde va Europa en el plano impositivo?
El entorno fiscal es cada vez más complejo. Cada vez hay más empresas y trabajadores que no tienen una sede concreta, sino que operan en distintos países. Eso alimenta la competencia fiscal porque muchas jurisdicciones se dan cuenta de que bajando los impuestos pueden atraer talento e inversión. Pero en Bruselas son alérgicos a la competencia fiscal.
- De manera que veremos una pugna entre los países que quieren más competencia fiscal y los que no.
Sí, lo estamos viendo ya. El problema es que en muchos países vemos que las autoridades tributarias son cada vez más agresivas con los contribuyentes. La seguridad financiera y la privacidad de los contribuyentes y sus datos está cada vez más en jaque. Y, además, el clima político en muchos países europeos es cada vez más hostil hacia las empresas. Esa campaña explica que también aparezcan 'refugios' fiscales.
- Usted reside en Suiza, un clásico ejemplo cuando se habla de estas cuestiones, pero el país helvético no es el único 'refugio' fiscal de la UE…
Un caso menos conocido es el de Chipre. Al contrario que Suiza, sí es un país miembro de la Unión Europea. Los chipriotas tienen una tradición legal que viene de lejos y que está inspirada en el modelo anglosajón. Y su marco tributario es atractivo, por eso hay miles de empresarios que canalizan sus inversiones a través de Chipre. Eso no significa que el dinero acaba siempre en Chipre, ni mucho menos, sino que Chipre se convierte en una plataforma para facilitar el movimiento de capitales por Europa. Ese rol de los 'refugios' fiscales como catalizadores de inversión no lo entienden los periodistas y políticos que critican incesantemente la competencia tributaria.
Pero hay muchos ejemplos de países de la UE que han mejorado notablemente su clima fiscal. En mi país de origen, Austria, el tipo máximo del IRPF es muy elevado, pero hasta hace algunos años no se cobraban impuestos sobre las rentas del capital. Ahora tenemos un flat tax o impuesto de tipo único, fijado en un 25%. Y esto genera muchos quebraderos de cabeza al fisco alemán.
Además, la caída del Muro de Berlín ha dado pie a la liberalización de muchas economías que, hace apenas treinta años, sufrían la miseria del comunismo. En Eslovaquia, hoy tienen un impuesto de tipo único del 18%. En Bratislava, el PIB per cápita ya es superior al de Viena. Cada vez hay más industrias que se han mudado a este país. Lo mismo pasa con los Bálticos. Estonia, Letonia y Lituania han adoptado modelos de flat tax, con tipos en el entorno del 20%. Y, pese a la crisis, la brecha entre sus niveles de prosperidad y los del resto de Europa no para de acortarse.
- Al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, el presidente Trump ha puesto encima de la mesa una posible revisión de los grandes impuestos.
El gran problema de estas leyes que Trump quiere revisar es que son extravagantes y están desfasadas. Su objetivo es cobrar impuestos sobre el beneficio obtenido en suelo americano… ¡Pero también sobre el beneficio obtenido en el resto del mundo! Y ese segundo punto es el que no tiene sentido. Por eso hay tanto dinero en 'refugios' fiscales del Caribe, esperando un cambio en las leyes impositivas que permita su repatriación. Pero este es un caso muy peculiar, la mayoría de países entendió hace décadas que no tiene sentido aspirar a cobrar impuestos sobre beneficios que se consiguen en otras jurisdicciones.
- Con Obama en la Casa Blanca, Estados Unidos ha liderado la campaña contra los 'refugios' fiscales.
Se han introducido tratados como FATCA, así como normas comunes para intercambio de información fiscal, pero es curioso que Estados Unidos no se aplica muchos de estos protocolos. Esa excepción es muy llamativa. De hecho, que la campaña contra los 'refugios' fiscales haga un escrutinio internacional tan exhaustivo pero ignore regímenes especiales como el de Delaware pues resulta sospechoso, cuando menos.
- Richard. W. Rahn decía recientemente en las páginas de Libre Mercado que se está librando una batalla sin cuartel contra la privacidad financiera de los contribuyentes. ¿Está de acuerdo?
Desde luego. Hay un señalamiento continuado de personas, de empresas… Se revelan cuentas y sociedades que cumplen con la ley. El objetivo es generar escándalo y ponerle palos en las ruedas a la competencia fiscal. Un ejemplo del peligroso sendero que estamos recorriendo es la Lista Falciani: las autoridades pagan por obtener un CD con datos robados y no se detienen en nada para perseguir a empresas y trabajadores.