A lo largo de la última década, cinco millones de residentes en California han abandonado la Costa Oeste y han puesto rumbo a otros territorios de Estados Unidos. Durante el mismo período, solo 3,9 millones de personas decidieron instalarse en California, lo que terminó reduciendo la población del Estado en más de 1 millón de habitantes.
Estos fenómenos migratorios, medidos con datos de la Hacienda estadounidense, arrojan un patrón muy claro: la mayoría de los ciudadanos de California emigra a territorios de impuestos bajos y alta creación de empleo. Esto explica que un bastión liberal como Texas se haya convertido en el destino de referencia, acogiendo ya a más de 600.000 ex residentes californianos.
La revista Forbes ha evaluado la facilidad para hacer negocios en suelo norteamericano y ha concluido que Texas ocupa el sexto lugar de un índice en el que California cae al puesto 37. Algo similar ocurre con los impuestos: Texas no tiene un recargo estatal en el IRPF, mientras que California llega a sumar 13,3 puntos al tipo federal.
A eso hay que sumarle un enorme diferencial en términos de poder adquisitivo. La ciudad más cara de Californa es San Francisco, donde el alquiler medio cuesta 3.458 dólares. En Texas, la renta más alta nos la encontramos en Austin, pero hablamos de 1.185 dólares, tres veces menos que en California.
Los cálculos de Travis H. Brown
Travis H. Brown ha creado una aplicación interactiva que mide cuánta riqueza ganan o pierden los territorios de Estados Unidos a consecuencia de la entrada o salida de trabajadores. Según sus estimaciones, la economía de California ha perdido 56.400 millones de dólares por la emigración de trabajadores hacia otros territorios estadounidenses.
Brown ha demostrado con su libro How money walks que Nevada, Arizona y Texas son los territorios que más riqueza han recibido gracias a los residentes en California que decidieron hacer las maletas y cambiarse a otros territorios. En sentido inverso, Texas ha visto aumentar su economía en 44.720 millones de dólares, de los que 8.810 millones se explican por la llegada de trabajadores procedentes de California.
También emigran las empresas
Pero el éxodo no es solo de personas físicas, sino también de personas jurídicas. Y es que, entre 2008 y 2015, alrededor de 9.000 empresas cambiaron California por otros territorios de Estados Unidos, según los informes de la consultora Spectrum. Una vez más, Texas aparece como la alternativa preferida, seguida del Estado de Nevada.
Evidentemente, Silicon Valley permanece al margen de esta tendencia y sigue siendo un polo de atracción de talento e inversión. Sin embargo, son cada vez más las empresas de otros ámbitos que cambian California por Texas. De hecho, si nos fijamos en las 500 compañías más grandes de Estados Unidos vemos que ya hay más firmas con sede en Texas que en California