Hace ahora quince años, el economista liberal estadounidense Chris Edwards sugirió la introducción de cuentas de ahorro personal pensadas para ayudar a aumentar los niveles de ahorro de las familias. El esquema planteado por Edwards partía de que las familias podrían hacer aportaciones anuales hasta un determinado nivel, y, a continuación, podrían invertir esos ahorros en planes de pensiones, fondos de inversión, acciones, depósitos a plazo fijo… Que estarían 100% exentos de impuestos.
Su idea aún no ha sido aplicada en EEUU, pero ya está en marcha desde hace años en Canadá y Reino Unido.
- En el país que gobierna Justin Trudeau, las Tax Free Savings Accounts o TFSAs empezaron permitiendo un ahorro anual cercano a los 4.000 euros, pero hoy ya permiten que sus titulares aporten unos 8.000 euros cada doce meses.
- En las islas británicas, las Individual Savings Accounts o ISAs también han ido aumentando el nivel de ahorro permitido a sus propietarios, hasta llegar ya a los 17.500 euros de aportaciones por ejercicio.
El modelo canadiense es el más simple de los dos, ya que las TFSAs permiten operar a través de una única cuenta, mientras que el sistema el británico alberga dos tipos de ISAs: unas son cuentas de renta fija y otras son cuentas de renta variable. Otra ventaja del sistema canadiense es que, si un año no se hacen aportaciones, en los siguientes ejercicios se permite superar los límites fijados por un monto equivalente. Por ejemplo, puede que en 2017 no inyectemos ni un euro en nuestra cuenta de ahorro personal, pero en 2018 podemos hacer aportaciones por 16.000 euros: 8.000 corresponden a nuestro año en blanco de 2017 y otros 8.000 serían el límite anual permitido para el ejercicio en curso.
Sin embargo, la cantidad de ahorro que permiten las ISAs supera el umbral vigente en Canadá, de manera que también es justo reconocer que el sistema británico permite un mayor nivel de ahorro dentro de este innovador paradigma.
La reforma ha demostrado ser muy popular. En Reino Unido hay alrededor de 25 millones de cuentas ISAs, de las que más de la mitad corresponde a familias con un nivel medio-bajo de ingresos. Los datos para Canadá también muestran que el uso de las TFSAs alcanza a todos los niveles de ingresos; de hecho, el 80% de las cuentas están a nombre de ciudadanos con ingresos inferiores a 60.000 euros.
¿Cuentas de ahorro a partir del Plan Ahorro 5?
En 2015, la reforma del IRPF que aprobó el gobierno de Mariano Rajoy puso encima de la mesa la creación del llamado "Plan Ahorro 5". Esta fórmula pretendía animar el ahorro a medio plazo y eximía del pago de impuestos a aquellas rentabilidades logradas al final de un período de cinco años. La aportación anual podía llegar a 5.000 euros.
Los datos presentados por la patronal de los seguros (UNESPA) apuntan que este esquema había seducido a 450.000 personas en apenas dos años. Sin embargo, el atractivo del Plan Ahorro 5 se ve mermado por diversos motivos. Por un lado, se limita enormemente la contratación de productos, lo que resta atractivo al impedir el acceso a servicios de alta rentabilidad. Por otro lado, se fija un horizonte temporal obligatorio (cinco años), dejando a un lado la libertad del titular para acortar o prolongar la duración de su plan de ahorro.
España podría empezar a desarrollar cuentas de ahorro personal a partir de la experiencia del Plan Ahorro 5. Por un lado, sería necesario permitir que estas cuentas puedan contratar acciones, participaciones en fondos de inversión. Por otro lado, habría que aumentar la cantidad de ahorro permitida a los titulares. Y, finalmente, sería recomendable eliminar la obligatoriedad de permanecer durante un lustro dentro de este esquema.