El grupo automovilístico alemán Volkswagen contabilizó un beneficio neto atribuido de 5.144 millones de euros durante el año pasado, en comparación con los números rojos de 1.582 millones de euros registrados en el conjunto de 2015, según anunció la compañía, que hizo frente a unos efectos extraordinarios, principalmente derivados de las provisiones por el caso del software, de 7.520 millones de euros.
La compañía explicó que el año pasado experimentó un gran avance a la hora de superar la crisis del diésel, que estalló en septiembre de 2015, mejorando las previsiones iniciales y a pesar que sus resultados económicos se vieron impactados por unos extraordinarios de 7.250 millones de euros, lo que supone un fuerte descenso del 55,4% en comparación con la partida de 16.893 millones de euros contabilizada el año anterior. Volkswagen realizó en 2015 provisiones de 16.200 millones de euros con el fin de anticipar el impacto sobre su negocio del caso del software, mientras que en 2016 esta partida alcanzó un importe de 6.400 millones de euros, situando el total en dos años en 22.600 millones de euros.
En Estados Unidos, la empresa tendrá que hacer frente al pago de alrededor de 24.000 millones de euros, después de alcanzar un acuerdo con el Departamento de Justicia del país, en concepto de multas, reparaciones técnicas, recompra de vehículos y también por las contribuciones que tendrá que realizar a la mejora de la calidad del aire y al impulso de tecnologías 'verdes' en el país.
El consejero delegado de la corporación, Matthias Müller, aseguró que Volkswagen seguirá siendo uno de los fabricantes de automóviles de mayor éxito en 2025. "También seremos un proveedor internacional líder de movilidad sostenible y estableceremos los estándares de nuevos servicios de movilidad", añadió.
La facturación del consorcio al cierre del año pasado se elevó un 1,9%, hasta 217.267 millones de euros, mientras que sus ventas mundiales de vehículos alcanzaron una cifra récord de 10,29 millones de unidades, lo que supone una progresión del 3,7% respecto a 2015 y le permitió finalizar el ejercicio como el primer fabricante mundial de automóviles por delante de Toyota.
El máximo responsable de la multinacional apuntó que este significativo crecimiento comercial se registró, a pesar del impacto de la crisis del diésel y de la complicada situación experimentada en algunos mercados como Brasil y Rusia, a lo que contribuyó la evolución positiva de Europa Occidental y Central y de la región de Asia-Pacífico.
La entidad con sede en Wolfsburg logró un beneficio operativo de 7.103 millones de euros en el conjunto de 2016, en comparación con las pérdidas de 4.069 millones de euros del año precedente. Esta cifra se hubiera alzando hasta un récord de 14.600 millones de euros (+14%) sin contar con los extraordinarios, mientras que el beneficio antes de impuestos fue de 7.292 millones de euros, contra unos 'números rojos' de 1.301 millones de euros en 2015.
El consorcio teutón registró una liquidez neta de su división de Automoción a 31 de diciembre de 2016 de 27.180 millones de euros, lo que representa una progresión del 10,8% si se compara con los 24.522 millones de euros del año pasado y la plantilla mundial creció un 2,7%, hasta 626.715 personas.
Previsiones para 2017
De cara al año actual, la multinacional confía en volver a registrar un nuevo récord mundial de ventas, puesto que estima contabilizar un "moderado" crecimiento comercial tras la cifra histórica de 2016, a pesar de las complicadas condiciones de mercado, así como de la "intensa" competencia, de la volatilidad de los tipos de cambio y de las consecuencias de la crisis del diésel.
La previsión para este ejercicio contempla mejorar hasta un 4% los ingresos del conjunto del grupo y de las divisiones de Turismos y de Vehículos Comerciales, mientras que el margen operativo se situará en la horquilla de entre el 6% y el 7%, en línea con el 6,7% contabilizado en el año que acaba de finalizar.