El presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, se incorporará como dominical al consejo de administración de CaixaBank en la Junta General Ordinaria de Accionistas del banco convocada para el próximo 6 de abril.
El banco catalán ha incluido esta propuesta de nombramiento en el orden del día de la Junta General de Accionistas convocada para ese día. En la documentación remitida por el banco a la CNMV, el regulador bursátil, CaixaBank justifica ese nombramiento porque Mutua Madrileña es titular del 2,1% de las acciones de CaixaBank, lo que le convierte en el accionista individual de la sociedad con mayor participación tras Criteria Caixa.
"Ignacio Garralda aportará relevantes ventajas derivadas de su alta experiencia y cualificación y facilitará además un mayor desarrollo de la actual alianza estratégica entre ambos grupos", argumenta CaixaBank en relación a SegurCaixa Adeslas, participada por Mutua Madrileña (50%) y CaixaBank (49,92%).
Por otra parte, la Junta del próximo 6 de abril también servirá para ratificar el nombramiento de Jordi Gual, el presidente de CaixaBank, como miembro del consejo. También serán ratificados como consejeros José Serna (dominical), Koro Usarraga (independiente), Alejandro García-Bragado (dominical) y Natalia Aznárez (dominical), esta última a propuesta de la Fundación CajaCanarias.
En la Junta también está previsto que se dé luz verde a la propuesta de reparto de resultados de 2016. En concreto, de los 1.035 millones de ganancias obtenidos, 536 millones se destinarán a dividendos, de los cuales 358,8 millones cubrirán el reparto del dividendo complementario que se abonará en abril de este año.
Asimismo, la Junta General de Accionistas tomará conocimiento de la modificación del reglamento del consejo de administración aprobada el pasado febrero con el fin de cumplir las condiciones de desconsolidación de Criteria Caixa respecto de CaixaBank establecidas por el BCE. A principios de febrero, Criteria Caixa, la sociedad de inversiones de La Caixa, vendió un 5,3% de Caixabank por 1.068,6 millones de euros, de forma que redujo de esta manera su participación en el banco catalán hasta el 40%, tal como se había comprometido a hacer con el BCE.