Como sucede en cada Gala de los Goya, el debate sobre la necesidad o no de bajar el IVA al cine ha vuelto a ponerse de actualidad. El mal llamado IVA cultural subió del 10% al tipo general del 21%, tras la subida de impuestos de 2012 llevada a cabo por el PP en su intento de cuadrar las cuentas por la vía de la rapiña fiscal.
El IVA se trata de un impuesto regresivo al aplicarse sobre el consumo, es decir, al pagar lo mismo rentas altas y bajas y partiendo de la premisa de que no consumen cantidades muy diferentes de bienes, el impuesto perjudicaría más a las rentas bajas, por lo que muchos partidos como Podemos, PSOE e incluso el PP abogan por bajarlo.
Éste es uno de los principales argumentos que se usan dentro del ya mencionado debate del IVA al cine y espectáculos, el otro es el gran daño que este impuesto causa a la industria cinematográfica. Sin embargo, ambos ponen en relieve la hipocresía de muchos de los que los esgrimen para lograr esa ansiada rebaja fiscal.
Beneficia más a los ricos
Partiendo de los supuestos anteriores, una bajada del IVA a estas actividades beneficiaría de una manera más o menos similar a la mayoría de los consumidores, pero la realidad sería bien distinta. A través de los microdatos de la Encuesta de Presupuestos familiares que ofrece el INE, Funcas elaboró un breve informe sobre la realidad del sector en cuanto al perfil de sus consumidores y la situación en otros países, donde se incluye una tabla con los datos de gasto medio en cine, teatro y espectáculos similares por tramos de renta, a partir de la cual se basa el siguiente gráfico.
La conclusión es evidente: una bajada del IVA al cine supondría un ahorro mucho mayor a las rentas altas que a las bajas, debido a su mayor consumo de este tipo de servicios. Dicha rebaja fiscal, por tanto, supone una contradicción para partidos como Podemos y PSOE, entre otros, que en la pasada gala reivindicaron la reducción del IVA cultural, ya que, en mayor o menor medida, ambos defienden subir aún más los impuestos a los ricos. Podemos, por ejemplo, propuso subir la tributación a las rentas mayores a 60.000 euros al año, pero ahora, con la excusa de la cultura y de la idea errónea de que el consumo de estos servicios es mucho más equilibrado, apoya una rebaja que beneficiaría justo a ese segmento de la sociedad
El gasto medio anual de las rentas altas en este tipo de servicios multiplica por más de 4 el que efectuaban las más bajas. La desigualdad en su consumo se ha mantenido relativamente estable desde 2008, entre 70 y 75 puntos en el índice de Gini, mientras que la desigualdad media de renta en España se sitúa en 34,6.
Así pues, la bajada del IVA cultural elevaría la desigualdad de consumo de este bien, además de un ahorro para las rentas altas. Aún así conviene aclarar que una rebaja impositiva en este ámbito, pese a aumentar la desigualdad, mejoraría el acceso de las capas de menor renta a este tipo de servicios al tratarse de un sector con una gran elasticidad precio de la demanda –a menos precio, más demanda–.
Esto último, curiosamente, también desmonta en buena medida el discurso igualitarista de la izquierda, puesto que, aunque aumentase la desigualdad, todos (rentas altas y bajas) habrían ganado en ese escenario de menores impuestos.