La retirada de los proyectos hoteleros previstos en Barcelona por las cadenas de lujo Hyatt y Four Seasons han provocado la pérdida de 4.000 empleos en la ciudad, cuyo Gobierno municipal acordó en julio de 2015 una suspensión de licencias para elaborar un Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat), aprobado la pasada semana.
Esta cifra se desprende de un estudio elaborado por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, que determina que la ciudad tendrá un impacto económico negativo de más de 300 millones de euros por la retirada de estos dos proyectos: el de Hyatt en la Torre Agbar, donde se harán oficinas, y el de Four Seasons en el antiguo edificio del Deutsche Bank, que albergará viviendas de lujo.
La apertura de estos dos hoteles de cinco estrellas gran lujo, con un total de unas 1.800 plazas, implicaría unos 80 millones de euros por la remodelación de ambos edificios, tarea que "supondría un profundo impacto sobre la ciudad", con un aumento del PIB anual de más de 129 millones y la creación de casi 2.000 puestos de trabajo a tiempo completo, según sus cálculos.
Tras esta remodelación, la propia actividad de los hoteles y los efectos indirectos sobre otros sectores –como la hostelería y el comercio– generarían un impacto anual sobre el PIB de cerca de 100 millones de euros –un 0,15% del PIB municipal– y la creación de otros 2.000 empleos a tiempo completo, generando este total de 4.000 y más de 300 millones de impacto económico, asegura.
Resalta también el impacto de la retirada de los dos hoteles sobre la imagen de la ciudad, porque "estaban liderados por dos de las mayores cadenas de establecimientos que generan marca donde se instalan", y estima una pérdida de 200.000 euros por habitación y de 85 empleos por cada 100 de ellas del total de proyectos hoteleros paralizados con la suspensión.
Barcelona "ha perdido una oportunidad de oro para posicionarse en el mercado de alta gama hotelera con la pérdida de estos proyectos", según el Instituto, que asegura que la suspensión de licencias provocó una reducción de las inversiones hoteleras del 17% en 2015 respecto al año anterior, mientras que estima una caída de más del 20% para 2016.
Destaca que la moratoria ha triplicado los precios de compra venta de activos hoteleros en el entorno de Barcelona –avisa de que están en fase burbuja–, y que la suspensión ha influido en la variedad y calidad de los hoteles en la ciudad, ha generado inseguridad jurídica y ha reducido la capacidad de atracción de Barcelona.