El empleo crece a un mayor ritmo en el mes de enero según indican las afiliaciones a la Seguridad Social. Si se excluye al sector primario, el crecimiento corregido de la estacionalidad es del 0,36% mensual, superior al 0,23% de diciembre. Es un dato positivo si bien la evolución -incluso excluido el volátil sector primario- dibuja recientemente unos dientes de sierra por una volatilidad que requiere un análisis pormenorizado.
El detalle por sectores muestra que la mejora del empleo es general, con una aportación más repartida que en anteriores meses, cuando la creación del empleo se soportaba casi exclusivamente en los servicios. En enero, el crecimiento es de 67.000 nuevas afiliaciones, lo que supone un crecimiento de 24.000 afiliaciones más que en diciembre, y en el que la aportación de la industria y de la construcción es mayor incluso al del sector servicios. El sector primario, por su parte, repite un incremento similar al de diciembre. Es una buena noticia que el crecimiento se diversifique entre los distintos sectores y que no dependa sólo de los servicios.
En el caso de la industria, la positiva evolución coincide con la mejora de indicadores de actividad como el PMI de manufacturas, que indica un mayor crecimiento de las exportaciones en enero. Respecto de la construcción, la mejora no obedece tanto al sector público -es decir, obra pública- y sí al sector privado, tanto de la construcción de edificios como de una mayor actividad por reformas.
Es probable que parte del repunte del empleo en la construcción sea puntual, si bien hay indicadores de actividad, como las licencias de obra, que anticipan, a partir de un incremento de las viviendas iniciadas, un progresivo crecimiento del sector de la construcción residencial que podía ya haber tocado su suelo.
En cuanto a los servicios, la actividad se acelera ligeramente, en gran parte debido al empleo vinculado con el sector público, como la educación o la sanidad. El resto de actividades, como las relacionadas con el consumo -comercio y hostelería-, mantienen un ritmo de crecimiento al mismo nivel que en meses pasados. Por último, el empleo en actividades profesionales -consultoría, abogacía, ingeniería-, telecomunicaciones y las ramas de la logística y el transporte crecen, igualmente, a un ritmo similar al de la última parte de 2016.
De mantenerse la actual tendencia, e incluso asumiendo una ralentización en los próximos meses debido a un menor impacto del sector primario, la construcción o el empleo en servicios vinculados con el sector público, la perspectiva en el primer trimestre del año es que el ritmo de crecimiento trimestral de las afiliaciones sea del 0,89%, misma tasa que en el cuarto trimestre de 2016, que a su vez fue superior al crecimiento desde la mitad de 2015, cuyo promedio fue del 0,70%.
Este similar crecimiento del empleo, combinado con la referencias de los indicadores de actividad PMI, apuntan un crecimiento del PIB del 0,8% en el primer trimestre de 2017, una décima más del estimado por el INE en el cuarto trimestre de 2016.
Más allá de este trimestre, el empleo podría recuperar los 18 millones de afiliaciones el próximo abril, nivel que no se alcanza desde 2009. Este hito se alcanzaría un mes antes de lo estimado con los datos de diciembre, consecuencia de un registro de afiliaciones en enero mejor de lo esperado.
El descenso de la afiliaciones sin corregir por la estacionalidad ha sido de 175.000 personas respecto a diciembre -enero suele ser un mal mes para el empleo por el efecto coyuntural del fin de la campaña de Navidad-, inferior a la pérdida de 215.000 cotizantes estimada inicialmente.
En definitiva,en el inicio del año el empleo mejora en línea con otros indicadores, como la confianza del consumidor, según la referencia de la Comisión Europea en su componente de expectativas sobre el desempleo. No existe, por tanto, ninguna evidencia hasta la fecha de que el ritmo de crecimiento se ralentice en 2017.
El paro desciende con más fuerza
Por su parte, los registros de desempleo del INEM indican, en su serie corregida de estacionalidad, un mayor descenso respecto de meses anteriores, con una caída ligeramente superior al -1% mensual.
Por sector de actividad y en base trimestral, que evita la volatilidad propia de la serie mensual, la tendencia actual indica que tal mejora es general en todos sectores, aunque especialmente significativa en la agricultura.
Se observa también una mejor evolución en el colectivo de jóvenes, tras un último trimestre de 2016 donde el ritmo de descenso del desempleo perdió algo de fuerza. Este segmento de la población ha sido especialmente goleado por la crisis -en la peor fase de finales de 2008 el paro entre los más jóvenes se incrementó hasta un 16% trimestral, 3 puntos más que el total de desempleo-, por lo que un mayor descenso del paro es una señal de que su mala situación al menos mejora poco a poco.
