El Banco Popular tuvo unas pérdidas de 3.485,36 millones de euros en 2016, muy superiores a las previstas, tras destinar 5.692 millones a provisiones para reforzar su balance, devolver a sus clientes lo cobrado de más por las cláusulas suelo y acelerar la desinversión en activos no productivos.
Según un comunicado remitido hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad obtuvo el año pasado un beneficio neto de 998 millones por su actividad bancaria minorista, antes de esa dotación.
El banco explica que de las provisiones extraordinarias, 4.200 millones se han dotado para crédito e inmuebles, mientras que otros 229 millones corresponden al importe de las cláusulas suelo y 240 millones se destinan a cubrir el impacto del descenso de la rentabilidad de su participada Targobank y el deterioro de su fondo de comercio.
Según explica Popular, el plan de ajuste que tiene en marcha se lleva otros 370 millones, mientras que la reestructuración de la cartera ALCO (compuesta fundamentalmente por deuda pública) supone otros 107 millones y el impacto de la reforma fiscal, 47 millones.
La entidad vendió el año pasado carteras crediticias por valor de 621 millones de euros, fundamentalmente de dudosos, gracias a la "gestión especializada de los activos no productivos", apoyada en la recientemente creada unidad de Negocio Inmobiliario y Transformación de Activos.
Asimismo, las ventas de inmuebles alcanzaron los 2.024 millones el pasado ejercicio, con un incremento del 8 % en las ventas minoristas.
En cuanto a la solvencia, a cierre de 2016, Popular contaba con una ratio de capital de máxima calidad CET 1 "phased-in" del 12,12%, que cumple "holgadamente" los requisitos normativos del 7,875%, igual que la ratio de capital total, del 13,14%.
Sin embargo, la ratio CET 1 fully loaded (contando ya con todos los requisitos de Basilea III) proforma se vio afectada por "elementos volátiles" y por "las pérdidas del último trimestre" y cerró 2016 en el 8,17%.
El crédito a la clientela se redujo un 5,3%, hasta los 94.342 millones, con un ratio de morosidad del 14,61%, superior al 12,86% registrado en 2015. Los deudores morosos sumaban 19.601 millones a cierre del año, frente a los 18.339 millones de un año antes, en tanto que las provisiones para insolvencias totalizaban 10.243 millones, frente a los 7.793 millones anteriores.
Los depósitos de la clientela también cayeron, un 6,2%, y se situaron en 82.840 millones de euros. En cuanto a los principales márgenes de la cuenta de 2016, el de intereses -que recoge los ingresos- se redujo casi el 7% y quedó en 2.096,5 millones, después de que los ingresos por dividendos bajaran un 18%; el resultado de operaciones financieras (ROF) cayera un 61,2%; y el apartado de "otros ingresos de explotación" bajara un 29,4%.
En cuanto a los gastos, los de administración se elevaron un 17,7% y los de personal, un 32,2%, aunque tras el proceso de ajuste de oficinas y plantillas, la entidad asegura que ahorrará cada año unos 200 millones.