Barcelona explorará nuevas medidas fiscales para las viviendas, los autocares, los cruceros y las habitaciones dedicadas a la actividad turística, con el fin de que los turistas contribuyan a financiar el impacto y el uso del espacio público que generan.
Este es uno de los aspectos fundamentales del Plan Estratégico de Turismo de Barcelona 2020, según ha explicado el concejal de Empresa y Turismo, Agustí Colom, que junto al segundo teniente de alcaldía de Empresa, Cultura e Innovación, el socialista Jaume Collboni, han presentado este lunes la hoja de ruta de las políticas turísticas que tiene previsto impulsar el ayuntamiento en los próximos cuatro años. "El plan plantea la necesidad de abordar los beneficios del turismo con un mayor retorno a la ciudad de la tasa turística, mayor capacidad del gobierno municipal de decidir su uso y la posibilidad de discutir nuevas fórmulas fiscales que graven la movilidad o el cambio de usos", ha explicado Colom.
Entre las posibles medidas que ha citado Colom figura que los pisos turísticos dejen de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles como residencias y pasen a hacerlo como usos empresariales, un cambio que requiere la modificación de la Ley de Haciendas Locales y que Barcelona estudia pedir junto a otras ciudades españolas. Entre las tasas municipales que el gobierno de Ada Colau trabaja para poder aprobar y aplicar este año está la del aumento de 4,5 a 45 euros lo que pagan los autocares turísticos por aparcar en Montjuïc.
Otras medidas fiscales que Barcelona quiere explorar, como gravar el alquiler de las habitaciones turísticas (bed and brekfast) o las estancias de cruceros inferiores a 12.00, dependen de la Generalidad, en concreto del reglamento de la ley catalana de Turismo o de la negociación de la recaudación de la gestión de impuesto turístico por parte de los ayuntamientos, que Barcelona reclama al 100% al amparo de la Carta Municipal.