La venganza de un contribuyente de Virginia, que harto de la mala atención del servicio de información de la administración ha ideado una curiosa forma de mostrar su descontento, ha dado la vuelta al mundo.
Nick Stafford se presentó con 5 carretillas llenas de centavos en una oficina para pagar los 2.987,14 dólares que le correspondían de un impuesto. El contribuyente reunió esa cuantía en 300.000 monedas de cobre ante la estupefacción de los empleados que se encontraban trabajando allí en esos momentos. Se necesitaron 11 personas y 12 horas para contar todo el dinero.
Esto ha sucedido en Estados Unidos, ¿pero sería posible que en España le aceptasen esta singular forma de pago a algún ciudadano descontento? La respuesta es sí.
La normativa que regula el poder liberatorio de las monedas en euros en España es la del Reglamento (CE) 974/98 (artículo 11). Así lo indica el texto:
"Los billetes en euros tienen poder liberatorio ilimitado, es decir, cualquier deuda puede satisfacerse con cualquier cantidad de billetes de cualquier denominación, con independencia de su importe. En cambio, en el caso de las monedas, excepto la autoridad emisora y las personas expresamente designadas por la legislación nacional, ninguna parte estará obligada a aceptar más de cincuenta monedas en cada pago".
Esto significa, según explican fuentes del Banco de España a este periódico, que cualquier "organismo público" y el propio Banco de España deben aceptar cualquier pago "de impuestos, multas o tasas" en monedas por muy pequeña que sea su denominación. "No hay límite", aseguran.
La restricción de las 50 monedas por pago se aplica entre particulares y empresas. Por ejemplo, en cualquier tienda están obligados a aceptar el pago de un artículo de 25 euros en monedas de 50 céntimos. En el caso de la banca comercial, "tienen libertad para decidir qué servicios prestan y qué comisiones aplican, por lo que podrían cobrar al cliente por cambio de moneda".