La recaudación obtenida por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones subió espectacularmente desde 1975 hasta 2008 y, a pesar de la Gran Recesión, vuelve a situarse en niveles muy elevados. Así se desprende de las tablas de recaudación que España envía cada año a la OCDE.
Según dicho documento, la recaudación total obtenida del impuesto a las herencias y las transmisiones patrimoniales apenas ascendió a 100 millones de euros entre 1975 y 1982, pero subió a 200 millones entre 1982 y 1986. El nuevo salto llevó la recaudación hasta los 400 millones, cifra en la que se movió el Impuesto de Sucesiones y Donaciones a lo largo del período que va de 1987 a 1990.
En los años 90, los ingresos obtenidos por este tributo fueron subiendo de manera imparable, pasando de 500 millones en 1991 a 1.200 millones en 1999. Este ritmo alcista siguió observándose entre los años 2000 y 2008, cuando la recaudación por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones pasó de 1.400 a 2.900 millones.
La crisis sí ha golpeado la capacidad recaudatoria de este gravamen, que tocó fondo en 2012 con unos ingresos de 2.200 millones. Sin embargo, la recaudación volvió a subir en 2013, 2014 y 2015, hasta situarse durante el último año en 2.700 millones, cifra similar a la que se recaudaba en 2006, coincidiendo con el pico de la burbuja.
Si comparamos la recaudación con el PIB, encontramos que España es el cuarto país de la OCDE que más impuestos cobra a las herencias y transmisiones de patrimonio. Por delante están Bélgica, Francia y Japón, mientras que a nuestro nivel se sitúan Finlandia, Dinamarca y Corea del Sur. Por debajo de España figuran Alemania, Irlanda, Países Bajos, Suiza, Reino Unido, Islandia, Grecia, República Checa, Chile, Luxemburgo y Estados Unidos.
Pero también hay que considerar que numerosas economías desarrolladas no cobran este impuesto o, si lo hacen, recaudan una cantidad ínfima. Es el caso de Australia, Austria, Canadá, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Israel, Italia, Letonia, México, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Suecia y Turquía.