La recobrada fe de Ciudadanos en una de las ideas estrella de su equipo económico, que lidera Luis Garicano, como es el contrato único, se pone de relieve incluso en la terminología. De un tiempo a esta parte, los dirigentes centristas han abandonado la eufemística expresión "contrato estable" para recuperar la original, como ha hecho este jueves, durante una rueda de prensa de balance del año, el vicesecretario general de la formación naranja, José Manuel Villegas.
El número dos del partido centrista ha abogado por esa medida como prioritaria dentro de la renegociación abierta para introducir modificaciones a la última reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy: "Vamos a intentar que sea una reforma de consenso, pero siempre que sea un consenso para cambiar las cosas, no para dejarlas como están. Creemos que después de las últimas sentencias de los tribunales europeos, el contrato único es la solución para evitar esas condiciones diferentes de trabajadores que están haciendo un mismo trabajo. Por eso vamos a pelear para que esa reforma laboral sea valiente y afronte el contrato único como solución más adecuada a lo que Europa nos está diciendo".
La simplificación aceptada por PP y PSOE
Tanto en el acuerdo de Gobierno suscrito en marzo con el PSOE, frustrado al no ser investido Pedro Sánchez, como en el pacto de investidura firmado en verano con el PP para dar el sí a Rajoy, los negociadores naranja lograron introducir una simplificación de los tipos de contrato, reduciéndolos a tres, incluido uno con una indemnización creciente para el trabajador, justamente el modelo de Garicano. El cerebro del programa económico naranja argumenta que ese tipo de contrato estimularía la contratación, al descargar el peso económico que conlleva para las empresas y acabaría con la dualidad entre indefinidos y temporales, invalidada por las recientes sentencias europeas a las que aludía Villegas.
Los críticos de la medida, entre los que se encuentran con distintos matices PP, PSOE y Podemos, consideran que supondría "extenderla precariedad" y que no se puede simplificar tanto la contratación en un país como España donde el sector servicios, forzosamente temporal, tiene tanta importancia en el PIB.