La aprobación de los tres programas de "rescate" que evitaron la quiebra de Grecia ha ido de la mano de un fuerte aumento de los impuestos directos e indirectos. Los contribuyentes helenos soportan hoy el esfuerzo fiscal más alto de la Eurozona y el tercero de la OCDE. Ante semejante panorama, no son pocos los contribuyentes que están buscando maneras de esquivar los "mordiscos" de Hacienda.
Uno de los casos más llamativos nos lo encontramos con los impuestos especiales que se introdujeron el pasado año. El objetivo principal era gravar el consumo de vino, con la meta de conseguir una recaudación de 65 millones de euros. Así viene recogido, de hecho, en los presupuestos que manejan los acreedores del Estado griego.
De momento, después de seis meses de aplicación, el impuesto al vino ha recaudado mucho menos de lo esperado. Como explica eKathimerini, los ingresos fiscales derivados de este gravamen en los seis primeros meses de 2016 apenas llegaron a 4 millones de euros. De mantenerse el actual ritmo de recaudación, la cifra anual sería de 8 millones recaudados, frente a los 65 planteados inicialmente.
La patronal carga contra Tsipras
La Organización Nacional del Vino (EDOAO por sus siglas en griego) ha celebrado un encuentro con los medios para trasladar su malestar con lo ocurrido. A lo largo del evento, el gobierno de Syriza fue criticado duramente por la patronal del sector, que acusó a Alexis Tsipras de haber actuado de manera irresponsable con el sector.
"Somos uno de los pocos sectores que ha aumentado sus ventas en plena crisis. Exportamos al resto del mundo, generamos empleo, contribuimos con muchos recursos a la Hacienda pública… Pero este impuesto es un impuesto fallido, el gobierno lo introdujo de manera improvisada y las cifras muestran que no se cumplen las previsiones de ingresos, lo que redundará en un agujero presupuestario y, a su vez, alentará nuevas subidas fiscales", denuncian desde EDOAO.
Según la Asociación Nacional del Vino (SEO por sus siglas en griego), la clave que explica la baja recaudación de esta nueva tasa es el espectacular aumento del "mercado negro". Según su presidente, George Skouras, "siempre ha habido una economía sumergida del vino, pero desde que se introdujo este impuesto, el movimiento se ha acelerado sustancialmente. Hay grandes explotaciones que no declaran una parte de su producción y que cuentan con empleo informal para las vendimias".
El 65% del negocio, "en B"
Según los datos que maneja la patronal EDOAO, hasta el 65% del vino que se consume hoy en Grecia proviene del "mercado negro", mientras que las ventas legales solo suponen el 35% del negocio. "Al final, lo que supone esta tasa es un castigo para quienes operan legalmente", denuncia Yiannis Vogiatzis, presidente de EDOAO.
Por su parte, el agrónomo Dionysis Grammatikos, ligado al ministerio de Desarrollo Agrícola, ha declarado a eKathimerini que "hay 111.000 productores registrados, pero solamente 26.000 cumplen las leyes griegas y europeas que obligan a presentar un informe de producción al final de cada cosecha".