La que tenía que haber sido una gran movilización para presionar al gobierno se ha convertido en otro rotundo fracaso de los grandes sindicatos: UGT y CCOO sólo han podido reunir en Madrid a unos pocos miles de personas –20.000 según sus propias cifras de las que se hace eco Efe– en una manifestación que ha demostrado una vez más su incapacidad para movilizar a los trabajadores.
En el marco de la deslucida manifestación pero en su línea habitual de negar la realidad, los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez e Ignacio Fernández Toxo, han pedido al Gobierno y a la patronal que tengan en cuenta las movilizaciones para recuperar los derechos perdidos y han reprochado a los empresarios que sólo piensen en "engordar más y más sus arcas".
La movilización contaba además con el apoyo a la de los partidos de izquierda –ha habido representantes del PSOE y de Unidos Podemos, entre ellos Alberto Garzón–, lo que aún hace más significativa la baja participación. Aún así, los líderes sindicales han agradecido ese apoyo a las formaciones de izquierdas, pero les han pedido que además presenten en el Congreso iniciativas parlamentarias para cambiar las leyes.
UGT y CCOO han recordado que las movilizaciones tienen su origen en los "estrechos" límites que el Gobierno puso a los agentes sociales al inicio del diálogo social.