Finales del último trimestre de 2008, más de 550.000 trabajadores en lo que iba de año habían perdido su empleo, la época de bonanza económica había llegado a su fin. Empezaba el ajuste. Días después, el Gobierno de España confirmaba que habíamos entrado en recesión. Desde entonces el mercado laboral español empezó a ajustarse, también durante el breve periodo de 2010 en el que "técnicamente" España superó la recesión, a la que meses después volvería.
Fue a finales de 2013 cuando el PIB volvió a entrar en terreno positivo y semanas después el empleo daba señales de estabilización, confirmando lo que podría ser el inicio de la recuperación. En noviembre de ese año ocurrió algo que nunca antes había sucedido en nuestro mercado laboral en los últimos 20 años: el número de desempleados descendía en este mes y el cierre de 2013 se saldó con una bajada interanual de la tasa de paro y un ligero repunte de afiliados a la Seguridad Social. A partir de ahí, comenzó una lenta, pero constante recuperación.
Parecía que empezaban a surtir efecto las reformas orientadas a la flexibilización del mercado laboral, el cual sufrió una gran pérdida de competitividad que quedó patente tras el inicio de la crisis, principalmente por falta de mecanismos de ajuste que permitiera a las empresas adaptarse a sus propias realidades. En estas fechas, se cumplen 3 años desde que la economía española empezó a vislumbrar algo de luz.
No obstante, ha sido en este periodo cuando más han surgido las críticas, que han pasado de reprochar que la economía va mal a que la recuperación se asienta en una precariedad generalizada. Por este motivo, a continuación se resumen los principales indicadores del mercado laboral para comprobar cómo la recuperación vivida desde finales de 2013 no ha sido a base de extender la precariedad, tal y como se afirma constantemente.
La Población Ocupada (recoge asalariados, autónomos y empresarios) pasó de 17.135.200 a 18.527.500 entre finales de 2013 y el tercer trimestre de 2016, es decir, un aumento de 1.392.300 nuevos ocupados en 36 meses.
A su vez, el aumento de Población Ocupada ha sido en su totalidad de ocupados con Jornada Completa, puesto que a finales de 2013 había 14.381.400 mientras que en el tercer trimestre de 2016 fueron 15.830.400, es decir, un aumento de 1.449.000 nuevos ocupados con Jornada Completa. Este aumento se debe a que desde esa fecha hasta hoy la ocupación a Jornada Parcial descendió en -56.700 ocupados. Por tanto los ocupados a Jornada Completa representan ya el 85% del total.
Si observamos la evolución de los asalariados, encontramos también una increíble recuperación. En los últimos 36 meses, ha aumentado es 1.311.200 el número de asalariados, hasta un total de 15.404.600, de los cuales el 40% fueron indefinidos, que ya suman 11.252.300 y suponen un 73% del total. Se trata de una cifra algo inferior a los años previos a la crisis, en la que representaban un 76% del total, pero que presenta una clara tendencia al alza. En cuanto a los asalariados indefinidos a jornada completa representan el 88% del total, después de registrar un aumento de 530.100, hasta los 9.906.500 en el pasado trimestre.
Por el lado de la afiliación a la Seguridad Social ocurre lo mismo. En los últimos tres años, su número ha aumentado en 1.455.716, es decir, una media de 40.436 nuevos afiliados al mes. Todo apunta a que podría acabar el año rozando e incluso superando los 18 millones de afiliados.
Toda esta avalancha de cifras son las que han provocado el descenso tanto del paro registrado del desempleo ofrecido por la EPA, y cuya tasa ya baja del 20%, a niveles de finales de 2009.
Lo que demuestran estas cifras es que la calidad de la recuperación ha ido aumentado año tras año. No en vano, el número de contratos indefinidos ha aumentado cada año. Solo en los primeros 10 meses de 2016, se han firmado 1.436.114 contratos indefinidos, un 51% más que en el mismo periodo de 2013. Además, se acelera la conversión de contratos temporales a indefinidos, tal y como se desprende de las últimas cifras correspondientes al primer semestre de 2016, que confirman la fortaleza, tras aumentar un 20% respecto al mismo periodo de 2015, cuando aumentaron un 18% respecto al año anterior.
Y es que debemos recordar que contratos y puestos de trabajo no son lo mismo. En España, se firman 18,5 millones de contratos al año, de los que los temporales han representado siempre entre el 88% y el 93% del total. Por tanto, el escándalo que intentan formar en torno a afirmaciones como "el 90% de los contratos son temporales, han precarizado el empleo" solo tiene una respuesta: Ignorancia o intención de confundir.
Por otra parte, la recuperación ha permitido ir reduciendo uno de los principales problemas de una crisis tan larga: el número de parados de larga duración ha descendido un 21% desde 2013.
Este es uno de los retos a los que se enfrenta nuestro mercado laboral en los próximos años, poder dar salida a este colectivo de parados que todavía representa el 58% del total. Por rangos de edad, los mayores descensos han sido entre los trabajadores de 25 y 45 años, con una caída superior al 30%, seguido de los trabajadores de entre 16 y 24 años, con un descenso del 28%, y los mayores de 45, con un descenso del 21%.
No se puede negar que el mercado laboral no se está recuperando. ¿Que todavía queda mucho por hacer? Sin duda, pero las críticas deben tener rigor y no basarse en engaños con fines políticos, pues si la política se edifica sobre diagnósticos falsos o erróneos, las soluciones nunca serán las correctas.
Además, una vez estabilizada la situación económica y con un tejido empresarial que ha ido recuperando competitividad, ya se empiezan a registrar mejoras salariales, tras el relativo estancamiento experimentado en los últimos años. Pero lo que no se puede hacer es empezar la casa por el tejado, invirtiendo la causalidad de la economía.