Con la Primera Revolución Industrial, los hombres empezaron a delegar las tareas más simples y rutinarias de su trabajo en las máquinas. Ahora, España se encuentra ante la cuarta de estas revoluciones, y no serán sólo los empleados menos cualificados los que verán peligrar su puesto. La digitalización afectará también "a las actividades altamente cualificadas, pero mecanizables", aseguró ayer miércoles, el director de Randstad Research, Valentín Bote, en la presentación del informe La digitalización: ¿crea o destruye empleo?
Pero que no cunda el pánico. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones a lo largo de la historia, el balance de aplicar la tecnología al ámbito empresarial va a ser positivo en el mercado laboral. Según las previsiones de la ETT, la digitalización y la robotización crearán 1.250.000 empleos en España en los próximos 5 años. Se trata de un resultado neto, por lo que para calcularlo se han tenido en cuenta los empleos que se destruirán, los que estarán obligados a reiventarse y los que están por venir.
La ciencia será el estandarte de los empleos del futuro, llamados STEM (Science, Technology, Engeneering and Maths). Este término, por sus siglas en inglés, hace referencia a las especialidades relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. De los nuevos puestos de trabajo que se generarán en los próximos años, habrá 390.000 empleos puramente STEM, mientras que 689.000 serán inducidos y 168.000, indirectos.
Así, los profesionales del Big Data (almacenamiento y gestión de grandes cantidades de datos), Cloud Computing (información en la nube), Seguridad Informática, Mantenimiento de Redes, Diseño de Aplicaciones Móviles, Ingeniería Robótica o Mecatrónica, "que actualmente tienen tasas de paro 0, seguirán siendo los perfiles más demandados por la empresas en España", explicó Bote.
En el lado opuesto, se encuentran los conductores de vehículos, que verán como las máquinas toman el control de sus aparatos; la creación de algoritmos para detectar diagnósticos médicos de enfermedades comunes, que descargarán de tarea al facultativo; y las tareas de búsqueda de los abogados junior, que ya realizan algunos programas de ordenador. Respecto al empleo de menor formación, la necesidad de dependientes o cajeros en los comercios disminuirá ya que los establecimientos tenderán a funcionar "como lo hacen ahora los grandes centros logísticos".
Los estudiantes no quieren estudiar ciencias
A pesar de que no hay dudas sobre las profesiones que más demanda de empleo suscitarán en el futuro, España se encuentra con el problema de que no es capaz de cubrir estos puestos de trabajo con los perfiles existentes. Y es que ni los españoles están lo suficientemente cualificados, ni la formación que han elegido es la que demandan las empresas.
Así, el mercado laboral español se encuentra ante un déficit de profesionales en las habilidades relacionadas con las ciencias. Mientras las compañías requieren profesionales que puedan aumentar su capacidad de generar negocio en áreas relacionadas con la digitalización y automatización de procesos, los perfiles existentes no pueden cubrir esas necesidades.
El dato es todavía más preocupante si se tiene en cuenta que los estudiantes STEM están disminuyendo en España. En los últimos siete años, el número de alumnos matriculados en este tipo de carreras ha descendido, en términos absolutos, en más de 65.000 profesionales. Además, en términos relativos, han pasado de representar el 30% del total de estudiantes en 2009 al 26% en 2016.
De cara a los próximos ejercicios, los matriculados STEM descenderán a un ritmo anual del 3,3% durante los próximos cinco años, pasando de 69.000 a 57.600 en 2021.
Los expertos justifican esta situación por el descenso demográfico entre los matriculados, debido al envejecimiento de la población, y en una cuestión de "preferencias personales" por este tipo de ramas debido al "esfuerzo" que debe dedicar el alumno para obtener el título. Eso sí, reconocen que una preparación insuficiente en la educación básica influye en que este "esfuerzo" sea mayor.
Por tanto, el director de relaciones institucionales de Randstad, Luis Pérez, ha advertido que si España no logra crear estos puestos de trabajo "los buscará en cualquier lugar del mundo". También, ha abogado por una legislación laboral flexible que "deje atrás" el modelo tradicional.
El contexto europeo
Cuando se analiza a España en el contexto europeo, el informe revela que se encuentra por detrás de otros países de su entorno en su porcentaje de empleos tecnológico.
Madrid cuenta con una proporción de empleo de alta tecnología por encima del 13,5%, mientras que País Vasco se sitúa entre el 9% y el 11%. Aragón y Cataluña, por su parte, se sitúan entre el 6,5% y el 9%. El resto del territorio nacional se sitúa por debajo del 6,5%, al nivel de regiones como el sur de Italia, Grecia o algunos países de Europa del Este.
Esta brecha lleva a España a situarse como uno de los países más amenazados por el déficit de talento proyectado a 2020 y 2030, un problema generalizado en Europa, con las excepciones de Suecia, Gran Bretaña y Francia. Otras grandes potencias mundiales, como Estados Unidos, Canadá, Japón o Corea del Sur, también se encuentran en un nivel de incertidumbre similar. Por su parte, las potencias emergentes, como Brasil, Sudáfrica, India o China, encontrarán más facilidades para satisfacer las necesidades empresariales de perfiles STEM en las próximas dos décadas.