A lo largo de los últimos meses, la Unión Europea ha vuelto a la carga con su propuesta de armonizar el Impuesto de Sociedades. Algo parecido ocurre en España, donde el endurecimiento de la fiscalidad empresarial es el denominador común en las negociaciones parlamentarias de los Presupuestos Generales del Estado. El caso es que, mientras en Bruselas y Madrid se habla de obtener más ingresos de las empresas, en otras capitales internacionales se plantean medidas muy distintas.
Irlanda
En Dublín, por ejemplo, el gobierno de Irlanda se ha cerrado en banda a rectificar su tasa del 12,5% en el Impuesto de Sociedades. Es más: el Tigre Celta contempla un recorte adicional de dicho gravamen, con el objetivo de aplicar un tipo reducido del 6,25% para aquellos ingresos empresariales que se deriven de patentes desarrolladas y registradas en suelo irlandés.
Estados Unidos
Si cruzamos el charco y viajamos a Washington vemos que el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, ha incluido en su programa de medidas fiscales una rebaja del Impuesto de Sociedades hasta el 15%. En la actualidad, el país norteamericano es el que más grava los beneficios empresariales en toda la OCDE, con un tipo federal del 35%. A dicho gravamen hay que sumarle otros cinco puntos en numerosos Estados de la Unión que aplican un recargo adicional, de manera que la tasa alcanza el 40% en muchos casos.
Aunque parte de las propuestas de campaña pueden caer en saco roto, diversos asesores del nuevo mandatario han apuntado que Trump va en serio con la rebaja de Sociedades. El gurú tributario Arthur Laffer ya ha señalado que el tipo del 15% podría ser una realidad antes del próximo verano. Algo similar es lo que ha señalado Steve Moore, que de hecho cree que Trump dará prioridad a esta rebaja frente a otras medidas tributarias que también ha anunciado.
Reino Unido
En clave anglosajona, también es llamativo el cambio de opinión de la primera ministra británica, Theresa May, en relación con el Impuesto de Sociedades. El pasado mes de octubre, la lideresa tory guardó en un cajón la rebaja al 15% que había anunciado su antecesor en el cargo, David Cameron. Sin embargo, las cosas han cambiado en Downing Street y el gobierno de Theresa May empieza a abrirse a esta posibilidad.
Para ser precisos, el gravamen de Sociedades va a bajar al 17% entre los años 2017 y 2020. Conviene recordar que este tributo llegaba al 30% hace apenas una década, de manera que estamos ante un recorte sustancial. De hecho, se ha publicado que Theresa May podría ir más allá y emular el tipo del 15% que quiere instaurar Donald Trump en EEUU, aunque de momento solamente hay rumores en este sentido.
Francia
Las primarias de la derecha francesa han dejado fuera de juego al ex presidente Nicolas Sarkozy y han convertido a François Fillon y Alain Juppé en los favoritos para ganar las elecciones de 2017. Cierto es que un triunfo de Marine Le Pen puede dejar en una posición muy delicada a las empresas francesas, que sufrirían un programa de un hondo cariz intervencionista, pero las encuestas dan por seguro que Fillon y Juppé ganarán los comicios.
Para la fiscalidad empresarial, esto puede suponer un importante punto de inflexión. Frente a las reiteradas subidas de impuestos que ha aprobado la Administración Hollande, Fillon y Juppé abogan por recortar los gravámenes empresariales, que ahora mismo están en el 33%. Fillon quiere dejar esta tasa en el 25%, mientras que Juppé baraja un tipo del 22% para las Pymes y del 30% para las grandes empresas.
Italia
El primer ministro transalpino, Matteo Renzi, ha anunciado ya que la rebaja del Impuesto de Sociedades que estaba prevista para 2016 será finalmente aplicada en 2017. En la actualidad, este gravamen está en el 27,5%. Sin embargo, el mandatario de centro-izquierda quiere dejar el tipo general en el 24% a lo largo del próximo ejercicio.
Hungría
También hay movimientos a la baja en Hungría, donde el gobierno de Viktor Orban ha anunciado que quiere rebajar el Impuesto de Sociedades hasta el 9%. La reducción sería oficial de manera inmediata, ya que entraría en vigor a lo largo del ejercicio 2017. Con esta medida, Orban quiere que Hungría sea el país más atractivo de la UE desde el punto de vista de la fiscalidad empresarial.
En la actualidad, las empresas húngaras pagan una tasa del 10% para los primeros 1,5 millones de beneficios, mientras que las rentas por encima de dicho nivel están sujetas a un gravamen del 19%. Con el plan anunciado de Orban, la nueva tasa del 9% sería aplicable por igual a todas las empresas, de manera que la rebaja beneficiaría a pequeñas, medianas y grandes compañías.
Estonia y Letonia
Algo parecido ocurre en las Repúblicas Bálticas. Estonia ha cambiado su Impuesto de Sociedades para aplicarlo solamente al reparto de beneficios, de manera que la reinversión no está sujeta a ningún gravamen. A esto hay que sumarle el tipo único (flat tax) que está en vigor desde hace tres lustros, en niveles del 20%.
Letonia apunta en la misma dirección y, aunque sí aplica el Impuesto de Sociedades de manera tradicional, lo hace con un gravamen más reducido, fijado en niveles del 15%. A esto hay que sumarle un nuevo programa de incentivos fiscales diseñado para beneficiar a nuevas empresas y start ups. Dicha iniciativa se articulará imponiendo un tope a los costes fiscales que soportan las compañías por cada trabajador contratado.