Paro, productividad, salarios, pensiones… Hay muchas (demasiadas) cifras en las que los españoles miramos con envidia a suecos, daneses, suizos u holandeses. Pocas ratios económicas nos sitúan por encima de los países más ricos de Europa. Esta semana, Eurostat ha publicado una estadística que no está tan presente en el debate público, pero que es muy relevante para explicar todas esas otras con las que empezamos el artículo: la vida laboral del español medio es mucho más corta que la de nuestros vecinos.
De esta manera, los años de vida laboral previstos para el español medio en 2015 ascendían a 34,9. Es una cifra no muy alta, que nos sitúa en la parte medio-baja de la UE. En el conjunto de la Unión, la media es de 35,4 años. Pero aquí, como en otras muchas estadísticas, la media puede llevar a un cierto engaño. Los países que quedan por debajo de esos 35 años de media son los más pobres de la UE. Sólo Francia (34,9) e Italia (30,7), de entre los países ricos, están igual o peor que nosotros. Junto a ellos, Grecia, Portugal, Bulgaria, Polonia, Hungría, Croacia o Rumanía ocupan los últimos puestos.
Mientras, en los países más prósperos del continente (tanto los que forman parte de la UE como los que no) los trabajadores tienen carreras laborales mucho más largas. Islandia lidera este ranking, con 46,6 años previstos de vida activa por ciudadano. Tras la isla del Atlántico aparecen Suiza (42,5), Suecia (41,2), Holanda (39,9), Noruega (39,8) o Dinamarca (39,2).
¿Qué quiere decir esto? Lo primero en lo que uno piensa es en las cifras de desempleo. Con el paro más elevado de la UE junto a Grecia, parece lógico que la carrera laboral también sea algo más corta. Y hay cierta relación entre una y otra ratio pero, cuidado, cuando hablamos de "vida activa", no estamos contando los años trabajados, sino los años en los que una persona está disponible para trabajar. La población entre 15 y 64 años se divide en tres tipos:
- Activos ocupados: con empleo
- Activos parados: en paro
- No activos: no están trabajando y tampoco están buscando un empleo
Pues bien, en este caso, lo que Eurostat mide es el tiempo que el europeo medio pasará en alguna de las dos primeras situaciones. Como activo, tenga o no empleo. O lo que es lo mismo, el no muy buen dato de "años esperados de vida activa" en España no se puede achacar sólo al paro.
En realidad, hay muchos factores para explicar este dato. Y también este dato sirve, a su vez, para explicar otras muchas cifras de la economía española. Las siguientes son sólo algunas de las claves:
- Paro: importante, pero no es lo único.Está claro que tener una tasa de paro cercana al 20% (y eso ahora, hemos estado por encima del 25%) no ayuda. Para empezar, porque incita al desánimo. Cuando el mercado laboral se recupera, normalmente también lo hace la población activa, porque muchos que lo habían dado por imposible vuelven a intentarlo.
Pero el paro no lo explica todo. Así, en España, según las cifras de la EPA, la población activa sigue sin recuperarse del todo. En el tercer trimestre de 2016, la cifra de activos en nuestro país seguía por debajo de los 23 millones, una frontera que superamos ampliamente en años anteriores.
En porcentaje respecto a la población total, y también si sólo tenemos en cuenta la población entre 15 y 64 años, nuestro país está entre los que tienen una menor tasa de activos de los países ricos la UE. Tenemos mucho margen de mejora por este lado.
- Mujeres: el dato positivo. La parte buena de la estadística conocida esta semana llega en lo que toca a las mujeres españolas. Pasan de 27,4 años de vida activa prevista en 2005 a 32,5 años en 2015. Son cinco años más en apenas una década. Sigue siendo un dato un poco inferior al de los hombres (37,2) pero ya mucho más cercano. Después de Malta, somos el país de la UE que más ha mejorado en esta cuestión desde 2005.
- Hombres: retroceso. Mientras, los españoles de sexo masculino son la otra cara de la moneda. Pasan de 37,9 años de vida activa prevista a los 37,2. Los efectos de la crisis se hacen sentir en este colectivo. Sólo en otros países castigados por esta Gran Recesión (Irlanda Grecia, Portugal o Chipre) vemos un fenómeno similar. Esta caída, ni es buena ni es normal. En los países más ricos de Europa hablamos de vidas activas para los varones superiores a los 40 años.
- Jubilación y el drama de los jóvenes. ¿Por qué España tiene una vida activa más corta que en otros países ricos? Hay dos razones. En primer lugar, nos jubilamos antes. Según los datos de la OCDE, los hombres españoles se jubilaban en 2014 a una edad media de 62,2 años frente a los 66 de los suizos y a los 65 de suecos o noruegos. Y no sólo eso: también estamos entre los países en los que menos personas de más de 65 años siguen activas.
Pero quizás el principal problema no venga tanto de la salida del mercado laboral como de la entrada. Hace unos meses explicábamos que los españoles están entre los europeos que menos experiencia laboral acumulan al llegar a los 30 años. Mientras en otros países es relativamente habitual compaginar trabajo y estudios, en España es la excepción. Si a eso le sumamos que, cuando terminan la vida académica, a muchos les cuesta engancharse al mercado laboral, el cóctel es explosivo.
- Las consecuencias: menos productividad, salarios más bajos, menos ahorro, menos activos en propiedad… Tener una carrera laboral más corta tiene numerosas consecuencias. Para empezar, es más difícil ahorrar (hay menos tiempo para hacerlo), pero también se hace más complicado crecer profesionalmente, subir en la escala salarial o mejorar la productividad, algo que tan necesario sería para la economía española. Como decimos, la vida activa no es sinónimo de años trabajados, pero es que tampoco en esto último estamos como para tirar cohetes. El español medio trabaja a lo largo de su vida más de cinco años menos que un sueco o un suizo. No es el único factor que lo explica, pero cuando pensemos por qué estos países son más ricos que nosotros, tengámoslo también en cuenta.
- La factura. Por último, una cuestión obvia, pero que tampoco es fácil encontrarla en el debate público español. España tiene 22,8 millones de activos y 18,5 millones de ocupados para una población total de 46,7 millones de personas. Esto quiere decir que 18,5 millones de personas que trabajan deben mantener a otros 28 millones de no trabajadores. Las pensiones, las prestaciones por desempleo, las ayudas públicas, los servicios públicos… Todo eso se paga con lo que aportan los trabajadores. Sabemos que el futuro demográfico de nuestro país no es especialmente halagüeño. Ya estamos entre los países más envejecidos del mundo y la cosa irá a peor: en parte por una buena noticia, como es la caída de la mortalidad, pero también por una no tan buena como es la baja natalidad. Con estos datos de vida activa, edad de entrada al mercado laboral y edad de jubilación mantener en pie el edificio puede ser prácticamente imposible.