La falta de experiencia en gestión pública de Donald Trump hizo que a la hora de elegir a su vicepresidente optase por un candidato como Mike Pence. El gobernador de Indiana no arrastraba votos hacia su campaña, pero sí le daba un halo de seriedad y un sello de credibilidad a una hipotética Administración Trump.
Los analistas liberales del Instituto Cato, uno de los think tanks más influyentes de EEUU, tienen claro que Pence fue una opción sensata, al menos en lo tocante a la gestión de los asuntos económicos. De hecho, Cato le ha dado la máxima nota posible a su gestión fiscal y presupuestaria, un honor que solamente han recibido los gobernadores de Maine, Carolina del Norte, Florida y Arizona.
El nuevo vicepresidente empezó a bajar los impuestos en 2013, cuando redujo del 3,4% al 3,2% el recargo estatal que aplica Indiana en el Impuesto sobre la Renta. Puede que este recorte fuese muy limitado, pero conviene tener en cuenta que fue la primera vez en treinta años que Indiana redujo su Impuesto sobre la Renta, por lo que el valor simbólico de la medida fue notable.
Ese mismo año, Pence aprobó recortes tributarios más profundos. Por ejemplo, eliminó el Impuesto de Sucesiones, una medida con mucho mayor impacto fiscal y político. En 2014, siguió aplicando una política fiscal liberal, recortando la tasa estatal del Impuesto de Sociedades del 7,5% al 6,25%. Antes de incorporarse a la campaña de Trump, Pence dejó aprobadas nuevas rebajas que terminarán dejando este gravamen en el 4,9%.
Pero el verdadero boom tributario de la Era Pence en Indiana tiene que ver con el límite estatal que se ha instaurado en el Impuesto sobre la Propiedad, un gravamen similar al IBI español. En los últimos años, el techo que se ha fijado para todo el Estado ha obligado a los Ayuntamientos a reducir este gravamen, con el consecuente ahorro de 800 millones de dólares para los contribuyentes.
Superávit fiscal y deuda bajo control
En lo tocante al gasto, Pence se ha cuidado de no aprobar grandes subidas presupuestarias. Esto ha ayudado a que Indiana se convierta en el tercer Estado con menos deuda per cápita: 7.094 dólares frente a los 19.799 de Nueva York o los 20.449 de California. Este buen desempeño explica que las agencias de calificación de deuda otorguen a Indiana una triple A, la mejor nota de solvencia posible.
En 2015, último año fiscal gestionado íntegramente por Pence, las cuentas cerraron en superávit, con 210 millones de ingresos por encima de los gastos. A esto hay que sumarle un "fondo de reserva" en el que se han acumulado superávits pasados y que ya acumula más de 2.000 millones de dólares.
No será un 'florero'
A lo largo de la Historia, la figura de la Vicepresidencia ha tenido más o menos importancia dependiendo del estilo del Comandante en Jefe. Joe Biden, por ejemplo, ha sido un "vicepresidente florero", con un rol muy institucional y un bajísimo perfil político. Sin embargo, entre 2001 y 2009 vimos todo lo contrario en la figura de Dick Cheney,vicepresidente de la Administración Bush.
Todo apunta a que Pence jugará un rol importante a la hora de engrasar el funcionamiento del nuevo gobierno que encabezará Trump. Fuentes del Partido Republicano apuntan que "en muchos aspectos, va a ser la figura clave a la hora de concretar la agenda de gobierno y cumplir con el mandato de cambio que ha dado el electorado conservador".