El Gobierno de coalición a la portuguesa que preside Antonio Costa acaba de presentar el borrador de sus Presupuestos Generales para el año 2017. El documento, publicado por el Ministerio de Finanzas el pasado viernes, necesitará el apoyo del Bloque de Izquierda y el Partido Comunista, los dos socios de izquierda radical que sostienen al Ejecutivo socialista. De lo contrario, salvo un acuerdo poco probable con los partidos de centro-derecha, Portugal podría acabar pidiendo un segundo rescate.
Con el borrador presupuestario, la Administración Costa propone una amplia gama de aumentos tributarios volcados por la vía indirecta. Entre los gravámenes propuestos, destacan los siguientes:
- Tasa a las bebidas con azúcares. Oscilará entre 8 y 16 céntimos por litro.
- Tasa a los pisos turísticos. Gravará el alojamiento en servicios como Airbnb.
- Tasa a la munición. Impuesto de 0,02 euros por cada bala vendida a cazadores y poseedores de armas.
- Tasa al alcohol. Subida del 3% en el impuesto especial que soportan el vino, la cerveza y otros licores.
Hay, además, otros tributos de este tipo que van a seguir en pie. Es el caso del impuesto de circulación, del impuesto eléctrico, del impuesto bancario… Costa reforzará estos gravámenes si logra sacar adelante el borrador presupuestario para 2017.
También habrá más impuestos directos
Pero el Gobierno de izquierdas también quiere introducir un tributo adicional al patrimonio que entrará en vigor a partir de los 600.000 euros, con un tipo del 0,3%. La medida se aplicará también a buena parte de las empresas portuguesas, salvando el sector turístico y determinados sectores industriales.
Además, Costa ha roto su promesa de acabar con el recargo que se introdujo en el IRPF en los años más difíciles de la crisis. Este gravamen se aplica a partir de los 7.000 euros de ingresos anuales y se mueve entre el 0,25% y el 3,21%. Se había anunciado que esta "sobretasa" desaparecería en enero de 2017, pero ahora se plantea su mantenimiento hasta finales del próximo año.
Está por ver qué acogida tendrá el borrador en Bruselas, así como la reacción de los distintos partidos políticos de nuestro país vecino. El estancamiento del crecimiento en el entorno del 1% preocupa a la Comisión Europea y ha disparado el pesimismo en Portugal, hasta el punto de que la hipótesis de un segundo rescate, impensable hace dos años, vuelve a estar en el debate público.