"Rotundamente no". Así de tajante negaba Manuela Carmena en junio de 2015 que su Gobierno fuera a establecer cualquier tasa a los cajeros automáticos de Madrid. Con estas palabras, la alcaldesa de la capital desmentía a su concejal de Economía, Carlos Sánchez Mato, quien poco antes había asegurado que estaban estudiando cobrar a los bancos por los cajeros que tenían operativos a pie de calle.
Ahora, más de un año después, el Ayuntamiento de Madrid vuelve a desdecirse, y Mato ha anunciado este jueves, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno local, que ha incluido esta tasa en las Ordenanzas Fiscales para 2017.
Así, será a partir del 1 de enero del año que viene, cuando el consistorio madrileño empiece a aplicar este incremento impositivo incluido dentro de las tasas por Aprovechamiento Especial de Dominio Público Local.
Según sus cálculos, las arcas municipales ingresarán 745.405 euros con la medida. En total, la capital cuenta con 2.084 cajeros en sus calles. Todos ellos, son "propiedad de las entidades financieras" y están "colocados en línea de fachada, a los que solo se tiene acceso directo desde la vía pública", explican desde el consistorio.
Ahora Madrid ha dividido estos cajeros en 9 categorías "en función de la calle en la que están ubicados", y cada uno de ellos pagará una tasa anual distinta. Estas son las cuantías:
- 742,22 euros
- 541,98 euros
- 360, 34 euros
- 235,66 euros
- 153,88 euros
- 100,60 euros
- 62,22 euros
- 40,42 euros
- 26,21 euros
Aunque es a los bancos a los que se le aplica el nuevo impuesto, Sánchez Mato ha declarado que "no es una tasa contra el sector bancario". Por alusiones, la Asociación Española de Banca (AEB), el organismo que reúne a todos los bancos que operan en territorio español, ha querido valorar la medida del Ayuntamiento madrileño.
"Una restricción para el cliente"
En declaraciones a Libre Mercado, desde la AEB han criticado la tasa a los cajeros. "Estamos en contra de una tasa que se aplica a un servicio financiero básico como es la retirada de efectivo", han declarado.
Puede que al final Sánchez Mato tenga razón, y no sean las entidades financieras las que finalmente asuman la subida impositiva. Según la patronal bancaria, "dependerá de la política comercial de cada banco", pero el nuevo impuesto municipal "supone una restricción para el cliente" debido a que "podría acabar repercutiéndose en los ciudadanos".
Por otro lado, el portavoz de Economía del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Iñigo Henríquez de Luna, ha denunciado "los continuos vaivenes" del Gobierno de Manuela Carmena, "en esta ocasión demostrados al recuperar la idea de fijar una tasa a los cajeros automáticos". A juicio del popular, "este es un ejemplo más de la política de la alcaldesa, que un día dice una cosa, al otro la contraria, y un año después vuelve a empezar".
Desde el PP vaticinan que "la imposición de la nueva tasa podría perjudicar a los madrileños, ya que las entidades bancarias podrían optar por reducir la red de cajeros, empeorando el servicio o repercutir la tasa en sus clientes". Para Henríquez de Luna, Sánchez Mato pretende que "el aumento del gasto público y de las competencias impropias lo paguen los madrileños con nuevos impuestos y tasas".
Sube los impuestos a los vehículos de alta gama
Dentro de las Ordenanzas fiscales para el año 2017, el equipo de Ahora Madrid ha anunciado una rebaja del IBI para algunos distritos madrileños a través de una revisión catastral a la baja. Carabanchel, Puente y Villa de Vallecas, Usera y Villaverde son los afortunados.
Otra subida de impuestos que ha anunciado Carmena hoy es en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica. A partir de 2017, todos los vehículos de más de 16 caballos fiscales pagarán la cuota máxima del conocido como numerito. También lo harán las motocicletas de más 500 centímetros cúbicos.
El delegado de Hacienda de Ciudadanos, Miguel Ángel Redondo, considera que tanto la tasa a los cajeros, como el aumento del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica poseen "gran contenido ideológico" y cree "que muchos de estos vehículos se trasladarán a ciudades aledañas" donde la presión fiscal es mucho menor.
Madrid no es la única ciudad que aplica una tasa a los cajeros automáticos de sus bancos. En 2016, un total de 19 ciudades españolas, entre las que se encuentran Barcelona, Sevilla y Bilbao, incluyeron este impuesto en sus ordenanzas municipales. Las Rozas, Boadilla y Pozuelo de Alarcón, gobernadas por el PP, también lo aplican. En la AEB desconocen si las entidades afectadas han repercutido el impuesto a sus clientes.