Trabajar de forma independiente y recibir salarios de diferentes trabajos se ha convertido en un nuevo fenómeno que millones de personas prefieren frente a un trabajo por cuenta ajena con una jornada de ocho horas diarias.
Desde McKinsey Global Institute han elaborado un informe sobre los ingresos, satisfacción laboral y aspiraciones profesionales de los trabajadores europeos y estadounidenses. El estudio, que se ha basado en las respuestas de 8.000 usuarios, revela que todos aquellos trabajadores autónomos que han elegido serlo voluntariamente son mucho más felices y están más satisfechos que los que lo hacen por obligación o necesidad.
Más de 160 millones de trabajadores de Europa y EEUU, entre un 20-30% de la población en edad de trabajar, pertenecen a alguna de las vertientes del trabajo autónomo; free agents (49 millones de personas), que han elegido esa forma de trabajar y cuyos principales ingresos provienen de ahí; casual earners (64 millones de personas), que trabajan de forma independiente para tener ingresos extra; reluctants (23 millones de personas), que trabajan de forma independiente, pero a los que les gustaría ser asalariados; financially strapped (26 millones), que lo hacen para ganar ingresos extra por necesidad.
Según el estudio, los perfiles free agents y casual earners están mucho más contentos y satisfechos con su vida laboral que los reluctants y los financially strapped. Además, los free agents también superan en nivel de satisfacción a todos aquellos que tienen un trabajo tradicional por cuenta ajena, teniendo en cuenta factores no monetarios.