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Juan Manuel Sabugo

Elon Musk, el único que puede hacer realidad el futuro que nos prometieron

'Elon Musk, el empresario que anticipa el futuro' es el libro sobre la vida del hombre del momento: una mezcla perfecta entre Thomas Edison, Steve Jobs y Tony Stark.

'Elon Musk, el empresario que anticipa el futuro' es el libro sobre la vida del hombre del momento: una mezcla perfecta entre Thomas Edison, Steve Jobs y Tony Stark.
Elon Musk | Cordon Press

Si aún no te has topado con el nombre de Elon Musk de una forma habitual en los medios, te aseguro que es sólo cuestión de tiempo. En su despacho de Space X (una de sus empresas, la más ambiciosa) hay una fotografía de la superficie de Marte vacía, y otra idéntica, justo enfrente, colonizada por la humanidad. Su propósito es conseguir una población estable en el Planeta Rojo dentro de 15 años. Este es el personaje (la persona) que describe Ashlee Vance en su libro Elon Musk, el empresario que anticipa el futuro.

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Caricatura de Elon Musk

Vance es un periodista que se especializó en el desarrollo de la industria tecnológica de San Francisco y en concreto de Silicon Valley; ha escrito para The Register, The New York Times y The Economist. En las primeras páginas nos asomamos al Musk de hoy en día. Arrogante, seguro y falsamente tímido. Con la prepotencia de quien ha tocado el cielo, lo ha perdido todo y ha vuelto a visitar las estrellas. Pero Elon no es un típico CEO al uso. Nació en Sudáfrica y su familia, lejos de tener un chalecito en una zona residencial de San Francisco donde aprovechar el garaje para comenzar el gran sueño americano, se dedicaba a viajar en una avioneta o a encontrar la Ciudad Perdida del desierto de Kalahari. Elon recuerda cómo en una de estas escapadas la furgoneta familiar donde vivían durante semanas chocó con un tronco. Su padre Joshua estuvo tres días dedicado a la reparación del vehículo mientras el resto cazaba para comer. Las hienas y leopardos solían rondar la fogata nocturna. Una mañana, al despertar, un león se encontraba a unos metros de ellos. El padre tomó una lámpara y la agitó mientras gritaba a la fiera. Por suerte el animal se marchó.

El enfoque educativo extremadamente laxo que recibió, junto con los problemas matrimoniales de sus padres desembocaron en una infancia compleja, casi traumática. La escuela no era un escenario distinto. Su fama de friki le apartó del circuito popular y le relegó casi exclusivamente a los libros: "No era nada raro que leyera diez horas diarias. Los fines de semana podía leer dos libros al día." Fue por aquella época cuando Musk empezó a soñar con Estados Unidos. Pero tuvo que esperar a la mayoría de edad para poder viajar a Canadá en busca de un tío que no encontró y dedicarse a trabajar de agricultor, serrador de troncos, o limpiador de calderas. Finalmente entró en la universidad y, pocos años después, se estableció en Estados Unidos junto a su hermano. Estaba preparado para hacer realidad sus sueños.

Plan a largo plazo

"Cuando Elon se apasiona con algo, lo hace con mayor fuerza que los demás. Eso es lo que le diferencia del resto de la humanidad". Musk soñaba con tres sectores aparentemente inconexos: Internet, las energías renovables y el espacio. "Lo cierto es que ya en la universidad pensaba en esas cosas… No soy un inversor. Me gusta crear artefactos tecnológicos que creo que son útiles importantes de cara al futuro." Cuando leía de pequeño Guía del autoestopista galáctico, pensaba (como todos) en un futuro de coches voladores, y colonias humanas en planetas lejanos. Pero el futuro llegaba y las promesas no se cumplían. Peter Thiel, cofundador de PayPal y uno de los primeros accionistas de Facebook afirmó: "Queríamos automóviles voladores, no mensajes en ciento cuarenta caracteres". Por eso Musk tenía claro su "Plan Maestro": quería construir cosas, cosas que cambiaran el mundo y que hicieran que la humanidad consiguiera sus propósitos. "Mark Zuckerberg nos quiere ayudar a compartir las fotos de nuestros bebés; Musk aspira a… bueno… nada menos que a salvar la especie humana de la aniquilación".

Sus empresas

Ashlee Vance nos narra los comienzos y avatares de las principales empresas creadas por Elon Musk en los capítulos centrales del libro. Zip2:

Parecía que nunca abandonaba la oficina. Dormía, casi como un perro, en un puf junto a su escritorio. Casi todos los días yo entraba a las 7:30 8:00 de la mañana, y me lo encontraba dormido allí mismo, en el puf. Tal vez se duchase los fines de semana. Musk pidió a los empleados que le dieran un puntapié cuando llegaran, para despertarse y volver al trabajo.

Con veintisiete años vendió la empresa y ganó 22 millones de dólares. Su primer triunfo.

PayPal:

El proyecto consistía en huir de la parsimonia de los bancos clásicos, cuyos ordenadores tardaban días en procesar los pagos, para crear cuentas ágiles con las que fuera posible manejar el dinero con un par de clics de ratón o una dirección de correo electrónico… dos meses después de entrar en funcionamiento, la entidad contaba con 200.000 clientes.

Salió a bolsa después del 11-S, eBay la compró y Musk ganó 150 millones de dólares.

Space X: ¿Cómo crear una empresa aeroespacial de la nada? Contrata a unos ingenieros, gástate todo el dinero hasta no tener ni siquiera con qué comprar un regalo para tu mujer en el día de Navidad. Termina entonces siendo la empresa más competitiva, más fiable y con mayor proyección para conseguir que la humanidad colonice Marte.

Tesla Motor: Luchar contra una industria establecida como la automovilística es casi tan difícil como luchar contra las empresas consolidadas de la carrera espacial. Con baterías sacadas de los proveedores de portátiles, y con momentos en los que Google estuvo a punto de comprarla para dar continuidad al proyecto, Tesla es hoy en día una de las empresas de moda. Vio claro que el coche del futuro sería una especie de "smartphone con ruedas", cuyo funcionamiento mejorara a base de actualizaciones.

Solar City: Los primos de Elon se habían criado con él en Sudáfrica. En un viaje con Musk les comentó que "explorasen el mercado de la energía solar. Musk había investigado un poco y creía que existían oportunidades que otros habían pasado por alto". Pocos años después estaban en marcha. "Esperamos tener instalados 2 gigabitios de placas solares a finales 2015, que producirán unos 2,8 teravatios/h de electricidad al año. Esto nos ayudaría alcanzar nuestro objetivo de convertirnos en uno de los mayores suministradores de electricidad de Estados Unidos".

Un final que no acaba

El mayor problema del libro es el propio Elon, su ambición y su ritmo frenético para emprender proyectos. Mientras Ashlee Vance trataba de dar forma a sus apuntes, el hiperactivo Musck presentaba el Hyperloop, una especie de tren futurista que promete viajar a más de mil kilómetros por hora a un coste ridículo; mostraba al mundo un nuevo y asequible modelo de Tesla a un precio de 30.000 dólares; hacía aterrizar sus naves de Space X de la misma forma que despegan permitiendo su reutilización para abaratar sus costes al máximo… Todas estas circunstancias y muchas más, hacen del libro una historia inconclusa. ¿Como se puede cerrar una biografía que habla de un hombre que con tan sólo 45 años ha logrado todo esto? Las páginas de este libro seguirían llenándose de logros a poco que la suerte le acompañe hasta un futuro que, como él mismo desea, acabará lejos de nosotros:

Me gustaría morir en Marte. Pero no estrellándome. Lo ideal sería de visita, volver a la Tierra por un tiempo y después regresar allí cuando tenga unos 70 años y quedarme allí definitivamente. Si las cosas van bien, así será. Si mi esposa y yo tenemos muchos hijos, seguramente se quedará con ellos en la Tierra.

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Musk con Wolowitz (Simon Helberg) de la serie THE BIG BANG THEORY,

Nota para cinéfilos, mitómanos y amantes de los superhéroes

Cuenta el autor de la biografía cómo Robert Downey Jr. acudió en marzo de 2007 a la sede de Space X. Tenía que interpretar a Tony Stark, el creador humano detrás de Iron Man. Robert quedó impresionado y sugirió copiarlo para el decorado de la película, e incluir un coche Tesla Roadster. Para el actor, Musk y Tony son la clase de hombres "que vivían consagrados a la realización de una idea… Después de conocer a Elon, era como si notara su presencia en el taller de Tony Stark. Se hicieron contemporáneos. Elon era alguien con quien Tony probablemente se iba de marcha".

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