Para el fallecido Hugo Chávez, los centros comerciales Sambil suponían "el reino del derroche y del consumismo". Según el ex presidente venezolano, la actividad de esos espacios constituía "el mayor ejemplo del capitalismo, destructor de los recursos naturales del planeta".
La constructora Sambil fue pionera en Venezuela en el negocio de los centros comerciales. Con sede en el país bolivariano, la compañía levantó la primera de estas edificaciones en Caracas en el año 1998. Ahora, 18 años después, llegan a España para inaugurar el mayor outlet de nuestro país.
Ricardo Cohen, uno de los hijos del fundador de Sambil, y uno de los actuales responsables de la compañía, recuerda con resignación las palabras de Chávez en una entrevista con Libre Mercado.
"Nos ha dicho eso y mucho más. Y ahora Maduro se ha metido hasta con nuestra religión. Para ellos, ser rico es malo, y la condición económica no puede ser mala o buena para definir a una persona", afirma.
Nacido en Jerusalén, su padre, Salomón Cohen, llegó a Caracas cuando apenas era un niño. En 1958, empezó construyendo viviendas, después, amplió su negocio a las oficinas, hasta que se volcó en los centros comerciales. En la actualidad, los Cohen son una de las familias de empresarios más reconocidas del país.
Pero sus relaciones con el Gobierno bolivariano no han sido tarea fácil. Uno de los mayores mazazos que ha recibido esta compañía en su país fue la expropiación del centro comercial de La Candelaria, el segundo que estaban construyendo en Caracas. En este insólito vídeo se ve a Chávez justificar la expropiación en el año 2008.
"A pocos meses de su apertura, Chávez anunció la expropiación en alocución presidencial con la excusa de hacer un hospital o universidad", relata Cohen. "Al final no han hecho nada. Luego dijeron que iban a hacer un mercado comunal para gente pobre, pero al final nada", añade.
La solución que tomó el Gobierno bolivariano fue meter en el edificio, sin acondicionar, a miles de personas en situación de extrema pobreza. La insalubridad, la delincuencia y los destrozos se han apoderado del lugar.
Como recordaba su hermano Alfredo Cohen en un tuit hace unos meses, la empresa tenía previsto crear 4.000 puestos de trabajo con la apertura del centro comercial.
Todavía tenemos 140 pequeños y medianos comerciantes que aún esperan por montar sus negocios. Generación inmediata de 4000 empleos directos
— Alfredo Cohen (@alfredocohen) January 20, 2016
90 millones de dólares "en el limbo"
Aunque han perdido su propiedad, la familia Cohen no ha recibido ninguna indemnización por parte del Gobierno venezolano como marca el reglamento. "Nos expropiaron a la fuerza y no se ha pagado la contraprestación", asegura Cohen. El empresario calcula que "donde está la Candelaria vale más o menos 90 millones de dólares", una cuantía que "tenemos en el limbo".
Cohen afirma que el actual Gobierno de maduro "no nos deja ni entrar" en el centro comercial de La Candelaria. Aún así, no pierde la esperanza de recuperarlo. "No se ha cambiado la titularidad de la propiedad, en documentos sigue siendo nuestra. Tengo la convicción de que aún no lo hemos perdido", confía.
¿Qué hacer después de una expropiación?
"Nada", así de rotundo se muestra el empresario venezolano cuando le preguntamos sobre qué pueden hacer desde su compañía para evitar este atropello a la propiedad privada. "El Gobierno es omnipotente y hace lo que se desea, tampoco puedes reaccionar muy violento porque tienes otros centros en funcionamiento", reconoce Cohen. A día de hoy, Sambil posee siete centros comerciales en Venezuela.
Las marcas que iban a vender sus productos en la Candelaria antes de la expropiación "tampoco pueden hacer nada", explica. "Como no lo habíamos abierto, el suelo era nuestro, y a la mayoría de ellos no le expropiaron nada. Sí hubo algunas empresas que habían comprado algunos locales y esos también han perdido" el dinero invertido. El miedo de los empresarios a la reacción gubernamental se hace latente en sus declaraciones. "Otros eran bancos importantes, que tienen que cuidar su licencia de bancos, o rótulos, que tienen otras 150 tiendas en Venezuela y no quieren represalias del Gobierno", admite.
Cohen asegura que ni siquiera "vale la pena responder" a los ataques verbales del Gobierno venezolano. "Él domina los medios de comunicación y nosotros lo único que podemos hacer es explicar por las redes sociales las cosas buenas que hacemos por la comunidad".
En los centros comerciales que todavía tienen abiertos en Venezuela la situación también es caótica. A la hiperinflación, al desabastecimiento y a ausencia total de recursos económicos de la población hay que sumarle que "sufrimos falta de luz y de agua, que nos obliga a cerrar por horas o por días, y que tenemos al Gobierno cerrando tiendas porque no cumplieron con X ley".
A pesar de las adversidades, los Cohen dicen que quieren seguir operando en el país. "Somos venezolanos y no pensamos abandonar Venezuela. Solo podemos tener paciencia".
Críticas a Podemos
Ricardo Cohen también ha hablado sobre la cercanía y defensa Podemos de las políticas económicas chavistas. "De los hermanos soy el que más ha estado en España y he visto mucha televisión", explica.
El empresario califica de "increíble que Podemos tenga de ese apoyo viendo que la gente se está muriendo de hambre. En Venezuela siempre faltaron muchas cosas, siempre hubo mucha corrupción, pero la gente nunca estuvo así".
Pero en un hipotético caso de que el partido de Pablo Iglesias llegara al Gobierno, Cohen no cree que en España se pudiera dar la misma situación que en su país. "Chávez llegó a convencer a todos. La gente de clase alta estaba convencida de que él era la solución, en España eso no pasa. Además, España está casada con un grupo de socios vecinos europeos que tendrían que respetar, por muy socialistas que sean. Por eso ustedes son el primer mundo", sentencia.