El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, llegó al poder a inicios de 2015 y revalidó su mandato a finales del pasado año aupado por el descontento social y el descrédito general hacia los partidos políticos tradicionales, bajo la promesa de acabar con la crisis económica y las duras condiciones que imponía el rescate internacional del país. Casi dos años después de su primera victoria en las urnas, los griegos castigan ya abiertamente la pésima gestión llevada a cabo por el líder de la coalición de extrema izquierda Syriza.
Grecia crecía y estaba a punto de salir del programa de asistencia de la Troika cuando Tsipras ganó las pasadas elecciones generales. Hoy, sin embargo, la economía helena está inmersa en una nueva recesión, la población sufre las consecuencias del corralito financiero y Atenas ha tenido que aceptar un tercer rescate internacional, con condiciones aún más duras que el anterior, para evitar la salida del euro.
El grave deterioro económico y social que ha experimentado Grecia bajo el Gobierno de Syriza se refleja de forma clara en las encuestas electorales. El último sondeo, elaborado por la Universidad de Macedonia, otorga al partido conservador de Nueva Democracia, cuyo liderazgo ostenta hoy el liberal Kyriakos Mitsotakis, una ventaja de diez puntos porcentuales con respecto a Syriza. En concreto, el apoyo de los primeros asciende al 27,5% de los encuestados frente al 17,5% de los segundos.
Asimismo, el 52% de los griegos piensa que Nueva Democracia resultaría vencedora en caso de celebrarse hoy elecciones, en comparación con el 18,5% que opta por el partido en el poder. Otro dato relevante es que más del 80% de los encuestados penaliza la gestión de Tsipras y se muestra insatisfecho con su Gobierno, incluso entre sus propios votantes (70%), al tiempo que el 62% considera que la economía irá a peor en los próximos doce meses, frente al escaso 7% que opina que mejorará.
Este vuelco se percibe, además, en la popularidad de los distintos representantes: Tsipras pierde apoyo (19%) frente a Mitsotakis, cuyo respaldo social asciende al 22%.