El 'vía crucis' del ministro Soria que terminó expulsándole del Gobierno arrancó con la aparición de los denominados Papeles de Panamá. Las informaciones aparecidas en medios de comunicación señalaban a José Manuel Soria como propietario de una compañía offshore en un paraíso fiscal. Rajoy habló con él y según distintas fuentes, el presidente quedó satisfecho con sus explicaciones y le dijo que no había de qué preocuparse.
La dirección del PP y varios ministros salieron entonces a arroparle, mientras un enérgico Soria atendía a los medios de comunicación para negarlo todo. Después, empezaron las versiones "confusas" y "contradictorias", en voz de sus propios compañeros. Y entonces llegó la puntilla: también había tenido una sociedad en el paraíso fiscal de Jersey.
Fue esa información la que hizo estallar todo por los aires. De nada sirvió que en la agenda estuviera prevista una comparecencia de Soria en el Congreso. En el PP se quedaron atónitos y el ministro se dio cuenta de que estaba completamente solo. Por último quedaba Mariano Rajoy, que, según su entorno, también se quedó atónito con la información. Según contaron distintas fuentes a Pablo Montesinos, el presidente confesaba estar "atónito" porque "se acaba de enterar", decían. Rajoy, en un acto de partido en Castilla-La Mancha, trataba de esquivar las preguntas de los periodistas.
La situación se volvió insostenible. Soria estaba noqueado y era incapaz de explicarse. Los pocos apoyos que tenía dentro del partido le retiraron la confianza. Quizá el que más le dolió, el de María Dolores de Cospedal. En Moncloa, sus enemigos se limitaron a esperar a que no aguantara el chaparrón. Soria despachó con Rajoy en varias ocasiones y constató que no le quedaba otra salida. Finalmente renunció, o eso fue lo que filtró Moncloa. Lo último: el comunicado del ministro renunciando al cargo para evitar lacerar al Gobierno y al partido en un momento tan delicado.