Crece la presión sobre la deuda pública de Portugal. El interés al que cotizan las obligaciones lusas a 10 años superó la barrera del 3% el pasado viernes. La agencia de calificación DBRS, la única que mantiene el rating de Portugal en grado de inversión con una calificación 'BBB (low)' con perspectiva 'estable', podría reducir la calificación de la deuda lusa debido al deterioro que está registrando su economía.
El mantenimiento de su nota es clave, ya que es lo que permite al país acceder al programa de flexibilización cuantitativa del BCE. Si DBRS rebajase un escalón la calificación a Portugal, la deuda soberana lusa pasaría a ser considerada como 'bono basura' y dejaría de ser elegible como colateral en las operaciones del Eurosistema, ya que el Banco Central Europeo (BCE) exige que al menos una de las principales agencias de calificación otorgue un 'rating' en grado de inversión a una economía europea para que ésta pueda acceder a su programa de flexibilización cuantitativa (QE por sus siglas en inglés). De este modo, las entidades financieras del país tampoco podrían acceder a las operaciones de refinanciación del supervisor europeo con un tipo de interés al 0%. DBRS revisará dicha nota el próximo 21 de octubre.
"El crecimiento de Portugal en el segundo trimestre (+0,2%) incrementó nuestras inquietudes sobre las previsiones de crecimiento, que parece que se está ralentizando en el tercer trimestre", aseguró el director de deuda soberana de la agencia, Fergus McCormick. Así, McCormick señaló que las presiones sobre la economía portuguesa "se están incrementando por varios frentes" y recordó las exigencias de Bruselas de implementar más recortes para cumplir con los objetivos de déficit.
El indicador de actividad económica de Portugal, que sirve para anticipar la evolución del PIB, volvió a desacelerar su crecimiento en junio y avanzó un 1,8%, dos décimas menos que un mes antes. Tras permanecer estable en marzo, el indicador inició una trayectoria a la baja que volvió a empeorar en junio. Este resultado se vio influenciado por la desaceleración del consumo privado, especialmente el de bienes duraderos. El clima económico también empeoró ligeramente en julio.
Desaceleración económica
Portugal vivió una profunda recesión durante tres ejercicios consecutivos, entre 2011 y 2013, cuando su PIB cayó más de seis puntos y estuvo bajo el rescate financiero de la UE y el FMI, pero volvió a crecer en 2014 (0,9%) y 2015 (1,5%). Los datos del primer semestre de este año, cuando el PIB luso avanzó apenas un 0,8% respecto al mismo periodo de 2015, apuntan a que la economía portuguesa crecerá en 2016 menos que el año anterior, como estiman muchos analistas y organismos como el Banco de Portugal y la OCDE.
Portugal abandonó el programa de rescate europeo en 2014 y, gracias a las reformas y ajustes acometidos, emprendió una positiva senda de crecimiento que, sin embargo, parece estar truncándose bajo la nueva coalición de izquierdas que lidera el socialista Antonio Costa. El Gobierno luso, en el poder desde finales de 2015, ha revertido algunas reformas clave, elevando además el gasto público y el salario mínimo.
Este cambio de rumbo ya se materializó en un primer toque de atención serio por parte de Bruselas a principios de año en materia presupuestaria, pero ahora se está reflejando en un frenazo del PIB y una sustancial caída de las inversiones, tal y como advierte la entidad alemana Berenberg. A diferencia de España, que ha adoptado "el camino correcto", el Gobierno de izquierdas de Portugal ha emprendido una senda errónea, tal y como sucedió en Grecia, aclara la firma.