La evolución que muestra la deuda de los españoles durante la crisis tiene dos caras muy diferentes. Una positiva, aunque todavía insuficiente, que refleja el esfuerzo que han llevado a cabo familias y empresas para ir amortizando poco a poco el ingente endeudamiento acumulado durante los irreales años de burbuja inmobiliaria; y otra muy negativa, consistente en el histórico descuadre presupuestario que ha mantenido el sector público durante los años de crisis.
La deuda púbica alcanzó el pasado junio un nuevo récord histórico al rozar el 101% del PIB, la mayor cifra desde principios del siglo XX. Sin embargo, la deuda privada ha seguido el camino contrario. Como consecuencia, España entró en la crisis con un problema de deuda privada, cuya gravedad se ha atenuado en los últimos años gracias al desapalancamiento de familias y empresas, pero hoy sufre un problema de deuda pública debido a la irresponsabilidad presupuestaria de los políticos.
La deuda total de los españoles -incluyendo sociedades no financieras, hogares y administraciones públicas- supera hoy los 2,73 billones de euros, unos 395.000 millones de euros más que en junio de 2007, justo antes del estallido de la crisis subprime en EEUU, según los últimos datos del Banco de España. Es decir, la deuda total, lejos de bajar, ha crecido un 17%.
Mientras que el sector privado ha logrado reducir su endeudamiento en 312.000 millones, el sector público lo ha incrementado en 707.000 millones desde el inicio de la tormenta financiera internacional.
En concreto, las empresas no financieras -excluyendo bancos- han logrado amortizar 199.000 millones de euros durante este período, reduciendo así su deuda un 18%, hasta fijarla en el entorno de los 900.000 millones.
Los hogares, por su parte, todavía deben 724.000 millones, pero han logrado reducir su factura en casi 113.000 millones de euros, lo que significa un 13,5% menos respecto a mediados de 2007.
El sector público, por el contrario, ha disparado su deuda hasta niveles récord. El endeudamiento público supera hoy los 1,1 billones de euros, lo cual supone 707.000 millones más que al inicio de la crisis, un aumento próximo al 177%. Así pues, estos datos demuestran, entre otras cosas, que la famosa austeridad tan sólo se ha aplicado en el sector privado, ya que en el público brilla por su ausencia.