La Encuesta de Población Activa (EPA) dejó un sabor agridulce en el segundo trimestre, ya que, si bien se mantuvo la creación de empleo, ésta se frenó de forma preocupante, disparando así las dudas acerca de la futura evolución del crecimiento económico y del mercado de trabajo a corto plazo.
Sin embargo, los buenos datos que arroja julio disipan, en gran medida, tales sombras. El número de parados registrados en el antiguo Inem bajó en 83.993 personas respecto al mes anterior (-2,2%), su mayor recorte en un mes de julio desde 1997. De este modo, el volumen total de parados se sitúa en 3.683.061 personas, su menor nivel desde agosto de 2009.
Esta reducción del desempleo, la quinta consecutiva tras las de marzo, abril, mayo y junio, es el segundo mejor registro en un mes de julio desde el inicio de la serie histórica (1996), sólo superado por el recorte experimentado en julio de 1997, cuando el paro bajó en más de 94.597 personas.
Julio es un mes en el que el desempleo se comporta habitualmente de forma favorable, debido al impulso del sector turístico, de ahí que sea relevante analizar el dato en términos desestacionalizados. Pero, una vez eliminado el efecto calendario, el paro cayó en 48.573 personas en julio, la mayor reducción de la serie en este mes. Por otro lado, en los últimos doce meses, el paro ha bajado en 363.215 personas, con lo que el recorte interanual del desempleo se sitúa en el 9%, su mejor dato desde 1999.
El empleo no se resiente
La clave para tomar el pulso al mercado laboral, sin embargo, es la ocupación, y ésta también registra muy buenos datos en julio. A diferencia de la estimación de la EPA conocida la semana pasada, que apuntaba una clara ralentización en el segundo trimestre, los registros de afiliaciones a la Seguridad Social apenas muestran una tímida ralentización con respecto a los meses previos.
En concreto, la Seguridad Social ganó en julio una media de 84.721 afiliados (+0,48%) respecto al mes anterior, lo que situó el número de ocupados en 17.844.992 cotizantes, el mayor ascenso en este mes desde el inicio de la crisis. Además, en términos desestacionalizados, la ocupación se incrementó en 41.463 personas, su mejor resultado en un mes de julio de los últimos diez años.
Si se amplía un poco la perspectiva, se observa que el actual ritmo de ocupación, próximo al 0,9% trimestral si se mantiene la tendencia en agosto y septiembre, se sitúa muy por encima del promedio histórico del 0,4%, avanzando así un avance del PIB similar al registrado en el segundo trimestre.
Por sectores de actividad, este repunte del empleo se sustenta en el sector servicios, que explica tres cuartas partes del crecimiento, mientras que la aportación de la industria, construcción o agricultura es bastante inferior.
Las contrataciones en los servicios permiten que el empleo crezca en 59.000 afiliaciones sobre el mes anterior (+0,33%), tras el fuerte aumento del mes anterior (en junio, sumaron 66.000 afiliados, un 0,36% más respecto a mayo).
La buena temporada turística -que se traduce en más empleo en hoteles y restaurantes-, el crecimiento del consumo -reflejado en más contrataciones en el comercio- y el gasto público -el empleo público, lejos de ralentizarse, sigue creciendo a una tasa similar a la de meses anteriores- son algunas de las razones que explican el incremento del empleo en el sector servicios.
En definitiva, los datos de afiliaciones de julio muestran que el empleo crece a una velocidad similar a la de inicios de año, despejando así las dudas sobre un posible estancamiento del PIB a corto plazo, a pesar del actual contexto de inestabilidad política por el Brexit y la no formación de Gobierno a nivel nacional.