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Los árboles de Madrid y los tuiteros de Podemos: de la demagogia al olvido en un año

Los accidentes siguen ocurriendo, como siempre. Lo que ha cambiado es la reacción de algunos de los seguidores de Manuela Carmena.

Los accidentes siguen ocurriendo, como siempre. Lo que ha cambiado es la reacción de algunos de los seguidores de Manuela Carmena.

Hace unos días, una rama se desprendía de un árbol en el distrito de Moratalaz, cobrándose la vida de un hombre que descansaba en un banco. En agosto del año pasado, una rama cayó sobre la terraza de un bar en la calle Juan Bravo dejando tres heridos. Y el pasado mes de marzo, una pequeña planta de veinticinco metros de alto se desplomó en el Parque del Retiro sin causar heridos. Hace dos meses, un árbol cayó sobre unos columpios (vacíos en ese momento) en el barrio de San Juan Bautista y el mes pasado otro árbol aplastó un coche en el mismo barrio. Hace unos días, y de nuevo en la calle Juan Bravo, una rama caía sobre la carretera, lo que obligó a cortar el tráfico. Y así podríamos seguir un rato. No vamos a hacer una lista exhaustiva de este tipo de accidentes, pero sí queremos dejar constancia de que no hablamos de un caso aislado.

La alcaldesa, Manuela Carmena, ha explicado todo este proceso natural asegurando que los árboles "están vivos" y de repente "fallecen", sin que nada se pueda hacer. Es como cuando "alguien acaba de salir de una revisión médica y de pronto fallece". El comportamiento de los árboles "no puede determinarse", ha asegurado Carmena y ha prometido hacer "todo lo posible" para que no vuelva a ocurrir. Le deseamos suerte con esas medidas (esto no es irónico).

Por desgracia, todos los años hay incidentes de este tipo con alguno de los (aproximadamente) dos millones de árboles que hay en la capital. Esto no es nuevo. Ni ha empezado con Ahora Madrid ni terminará una vez que Carmena deje el Ayuntamiento de la capital de España. En el pasado, los árboles de Madrid también perdían sus ramas y herían a los viandantes. Incluso, ha habido casos de auténtica mala suerte como el que recordábamos al comienzo del artículo, en los que se han producido víctimas mortales. Y eso por no hablar de los mucho más habituales accidentes que acaban con ramas en la calzada o sobre un vehículo aparcado.

Las ramas y los recortes

Lo que sí ha cambiado es la reacción de ciertos madrileños, sobre todo algunos de los simpatizantes de Podemos más activos en las redes sociales. En los últimos años se han asociado todos los males, desgracias y accidentes con los recortes de Rajoy. Son los pequeños Prestige a los que la izquierda se asoma siempre que puede. Si gobierna el PP y ocurre una desgracia, debe ser consecuencia de los recortes en el gasto o de la mala gestión de los populares. Da igual que sea un volcán, un meteorito o árboles que mueren, la naturaleza es sabia, pero el PP es culpable. Debieron prevenirlo, no tomaron las medidas necesarias, el presupuesto público es demasiado austero y es culpa del neoliberalismo y del trío de las Azores.

Por ejemplo, en el verano de 2014 hubo varios incidentes con desprendimientos de ramas. En junio de aquel año, un hombre murió en el Parque del Retiro tras ser golpeado por una rama. En septiembre, otro hombre murió en Villa de Vallecas en parecidas circunstancias. La campaña contra la entonces alcaldesa de Madrid, Ana Botella (recordemos, la mujer de Aznar) en medios y redes sociales fue tremenda.

Sus rivales políticos no dudaron en intentar sacar tajada. El PSOE, en palabras de Antonio Miguel Carmona, pidió "la dimisión en bloque" (abandonar el Ayuntamiento formando un cubo) de Ana Botella (la mujer de Aznar) y su equipo de Gobierno por la caída de las ramas. En 2015, tras una nueva caída de ramas en la Pradera de San Isidro, el entonces candidato del PSOE a la alcaldía acusaba al Ayuntamiento de "negligencia" y aseguraba que hacía falta un nuevo gobierno que evitara esos incidentes.

Fíjense que, tras conocer el fallecido de este verano de 2016, Carmona hizo público en Twitter su pesar y expresó su deseo de "conocer las circunstancias del accidente". Lejos de pedir la dimisión de nadie, ahora los socialistas sostienen al Gobierno de Carmena, algo que podría considerarse (por la gente retorcida) una doble vara de medir.

En 2014, Izquierda Unida, en palabras de la concejala Raquel López, aseguró que las caídas de ramas no eran algo "ajeno a los recortes" y aquel partido llamado UPyD avisó de que "no estamos ante un problema de mala suerte". Ahora, desgraciadamente, ni siquiera están en el Consistorio, lo que parece también un importante cambio de criterio que tendrán que explicar.

Pero el asunto trajo cola hasta que terminó la alcaldía del PP. Miren, después de que Botella (la mujer de Aznar) intentara contener la caída de ramas, algunos medios también denunciaron esas medidas. La Sexta no dudaba en acusar a Ana Botella (la mujer de Aznar) de "recortar el oxígeno con una tala masiva de árboles centenarios".

Los recortes del PP afectan hasta al aire. ¡Botella (la mujer de Aznar) nos está ahogando! Para colmo, una vez talados los árboles enfermos, con el cambio en la alcaldía, los medios progresistas (en este caso la Cadena SER) presumían de que "Carmena repone los árboles que Botella [la mujer de Aznar] taló". Qué fácil es crear una villana y una heroína, una destructora de la naturaleza y una ancianita que se dedica a crear vida y plantar hermosos árboles. Como si Botella (la mujer de Aznar), o cualquier alcalde, no hubiera repuesto los árboles con total normalidad. En fin.

En 2014 algunos tuiteros podemitas aprovecharon los desprendimientos vegetales para prometer el paraíso floral en la Tierra cuando gobernara Podemos:

"Hacer leña del árbol caído". Este tipo es un genio de los juegos de palabras y de las gansadas, me sorprende que no acabe sustituyéndome pronto. Miren el dibujo: el madroño asesinando al oso (o acostándose con él en lo que sería una novedosa relación animal-planta). A la vista de los últimos acontecimientos, está claro que esta previsión fue todo un acierto. Como esta otra.

Ay, las hipótesis basadas en nada, cuánto fallan. Fíjense que son previsiones hechas en 2014, cuando Podemos todavía era un recién nacido y Pablo Iglesias ni había sido elegido secretario general. De Carmena ni se había oído hablar, pero ya se sabía (sin argumento o prueba alguna) que si gobernaba Podemos, los árboles abandonarían su indignación expresada el 15-M y las ramas dejarían de caer sobre la sociedad.

Algunos ciudadanos iban más allá acusando a la entonces alcaldesa del PP de complicidad con los árboles:

E incluso algunos solicitaban emprender acciones legales para hacer justicia:

Sorprende que la querella propuesta sea contra Ana Botella (la mujer de Aznar) y no contra los jardineros (también sería absurdo) o los árboles (verdaderos culpables).

El galardonado periodista Antonio Maestre, colaborador desinteresado de La Sexta, en 2014 reconocía los duros momentos que estaba atravesando por este asunto:

Por suerte, Maestre no ha sido sepultado y su cabeza sigue siendo perfectamente redonda. Esperamos que las nuevas caídas de ramas que hemos sufrido en los últimos meses no le hayan hecho revivir aquella crisis, aunque ahora la incertidumbre siga ahí. Ánimo.

Veamos un par de ejemplos más, como el de este animoso joven:

¿Podemos? Nos gusta que la gente se haga preguntas sobre el mundo en el que vivimos. La curiosidad solamente ha matado al gato. El único crimen de este tuitero era querer conocer y celebramos que lance la pregunta a modo de reflexión, lejos de sacar conclusiones precipitadas.

Otros tuiteros menos dubitativos expresaban su enfado con poéticas reflexiones sobre el azar, la familia y la vida:

El siguiente es un caso aparte, lo admito. Pero fíjense, los vegetales no solamente nos atacan desde el cielo, también lo hacen desde el suelo:

Esto es la monda (¡ja!). La crisis de la cáscara de naranja, otro ejemplo del poco control que Botella (la mujer de Aznar) tenía sobre la ciudad que gobernaba. Qué tiempos aquellos en los que caminábamos casi matándonos. Qué precioso era acusar a la alcaldesa de cada mínima anécdota de todo lo que sucedía en una ciudad con varios millones de almas, desde los resbalones, hasta los gatillazos.

Por supuesto, como pueden imaginar, tras los últimos sucesos vegetales de los últimos meses, todos los tuiteros y los políticos mencionados han mostrado su indignación con Carmena, pero no la recogemos porque por motivos editoriales no nos permiten inventarnos información.

Pero esto no es un caso de cinismo o incoherencia, no se equivoquen. Debemos explicar lo que realmente está ocurriendo aquí. Así como los populares no limpiaron las cloacas del Estado cuando llegaron al poder, los podemitas no han limpiado las cloacas de la flora madrileña y los árboles siguen haciendo las maldades heredadas del equipo de Gobierno de Ana Botella (la mujer de Aznar, no olvidemos). Y es que, dejemos la demagogia a un lado: los árboles que hay ahora en Madrid ya estaban cuando Carmena llegó al Ayuntamiento de la capital, por lo tanto, lo que ocurra con ellos no podrá ser responsabilidad suya. Esos sauces llorones, esos pinos cabrones y esas naranjas que reptan por el suelo no son responsabilidad de los podemitas. Y esto lo entiende cualquiera.

Mientras no se haga borrón y cuenta nueva y mientras no se extirpen las malas hierbas, todos son claramente árboles del PP, con los peligros que ello conlleva: desprendimientos, corrupción, nepotismo vegetal, deficiente pronunciación del inglés… Así que este texto no es la crítica oportunista a un grupo de ilusos que confiaron en que con Podemos llegaría el Cielo en la Tierra y reinarían la paz y la armonía en la capital. No. Esto es una seria crítica a Ana Botella (la mujer de Aznar), que debe dimitir de todos sus cargos, sean cuales sean. Y punto. Ni un paso atrás y sí se puede.

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