Ya ha pasado más de un año desde las últimas elecciones autonómicas en Navarra. UPN logro 15 escaños y la victoria, sin embargo, tanto el Gobierno autonómico como el Gobierno municipal de Pamplona, terminaron en manos de otras formaciones como Geroa Bai en el caso de la autonomía o EH Bildu en el caso de Pamplona.
En este periodo el Gobierno Navarro ha acometido una reforma fiscal para aumentar la recaudación. Concretamente, las estimaciones que manejaban eran de un aumento recaudatorio de 127 millones en 2016 y 72,5 millones en 2017.
Sin embargo, en contra de lo pronosticado, hasta el mes de abril los ingresos no solo no han aumentado, sino que han caído en 12 millones, una leve caída del 1%, pero que desde luego no se acerca a la subida estimada por el ejecutivo foral.
Por el contrario, si hemos visto un aumento en los gastos de 55 millones hasta el mes de abril de este año, esto representa una subida del 5% respecto al gasto en el mismo periodo del año anterior. Este aumento del gasto público, que inicialmente iba a ser financiado con el supuesto aumento de los ingresos, que hasta la fecha se ha revelado como inexistente, ha generado que Navarra vea desaparecer el superávit del que gozaba en 2015 en el primer cuatrimestre del año. Así de 55 millones de euros pasarán en 2016 a un déficit de 13 millones.
Este deterioro de las cuentas de Navarra contrasta con el conjunto de comunidades autónomas, ya que solo seis de ellas, contando la propia Navarra, registran un peor resultado en sus cuentas respecto al año anterior. Además, de entre estas seis comunidades que han registrado o un menor superávit (La Rioja) o un mayor déficit (Andalucía, Asturias, Cantabria y Extremadura), es Navarra la que ha cosechado el peor resultado con un retroceso de su superávit en un 0,37% del PIB. Así, mientras que la mayoría de CCAA reducen sus desequilibrios, Navarra encabeza el grupo de comunidades que los agravan.
Este agujero en las cuentas en el primer cuatrimestre del año ha tenido también efectos sobre la deuda pública. Mientras que en el primer trimestre de 2015 la deuda publica se incrementó en 84 millones de euros, en este pasado primer trimestre de 2016 lo ha hecho en 193, lo que implica un aumento de mas del doble. Esto hace pensar que, de perpetuarse esta tendencia de aumento de gastos y caída de los ingresos, la deuda pública podría seguir creciendo a niveles alarmantes.
Otro dato preocupante de la economía Navarra gira en torno a la tasa de paro. Desde que el nuevo ejecutivo llegó al gobierno la tasa de paro no ha parado de aumentar, pasando de una tasa de paro de 12,55% en el segundo trimestre de 2015 a un 14,25% en el primer trimestre de 2016, una subida de casi dos puntos porcentuales que hace invertir la tendencia de reducción del paro que venía existiendo desde 2013, cuando el paro alcanzo su el máximo de un 19%. Además, estos datos muestran también que Navarra sigue el camino contrario al resto de España, que que en el mismo periodo (2T2015-1T2016) la tasa de paro a nivel nacional ha caído del 22,3% al 21%.
En lo que se refiere al ámbito empresarial tampoco se puede decir que el nuevo gobierno ha sido recibido con entusiasmo. La incertidumbre regulatoria y fiscal que generaron provocó la salida de 20 empresas en el segundo semestre de 2016, como ya alertó el diario económico Expansión.
Pero además de este efecto inicial negativo debido sobre todo a las dudas sobre las acciones que podría tomar el nuevo gobierno, también hay que considerar la reducción del número de empresas constituidas en el 1T2016, justo tras el comienzo de la aplicación de la reforma fiscal que eleva el gravamen del impuesto de sociedades al 28%, que suponen un 1,3% menos que las creadas en el primer trimestre de 2015. Este dato no sería tan preocupante de no ser porque todas las CCAA salvo el País Vasco y Navarra registran más empresas constituidas en sus respectivos territorios en el primer trimestre de 2016 que en el de 2015, dato en el que sin duda ha influido que Navarra y el País Vasco son las comunidades con el Impuesto de Sociedades más alto en el presente año, un 28% de tipo general, frente al 25% del resto de España. De hecho, la CCAA en la que más aumentan las empresas constituidas de un año a otro colinda con Navarra y el País Vasco, La Rioja, en la que el aumento es de casi un 60%, aumento que coincide con el momento en el que esta comunidad tiene un tipo general de Sociedades inferior al de sus vecinos. Aún es pronto para sacar demasiadas conclusiones, pero es evidente que una diferencia de esa magnitud entre territorios vecinos pueden hacer que muchas empresas se constituyan en la región menos opresiva fiscalmente hablando, como La Rioja, para evitarse pagar una parte de sus beneficios.
En conclusión, en el último año el Gobierno Navarro ha emprendido una ofensiva fiscal contra las empresas y sociedades de inversión (véase aquí como han provocado la fuga de todas las Sicavs de Navarra), además de contra los contribuyentes Navarros, que verán mermadas sus nóminas por la subida del IRPF que incluía la reforma fiscal, todo ello para logar unos ingresos que no solo no llegan, sino que se van, con el objetivo final de financiar un aumento del gasto público que le ha costado a la comunidad foral su superávit en el primer cuatrimestre del año y un aumento muy sustancial de su deuda pública. Parece claro que la solución no debe pasar por subir impuestos y subir el gasto en base a estimaciones de recaudación claramente infladas, sino bajar impuestos para atraer la inversión y favorecer la creación de empresas y la consecuente riqueza que estas producen.