Kaitangata, un pequeño pueblo de Nueva Zelanda, tiene un gran problema: más de 1.000 puestos de trabajo que no logra cubrir. Sus escasos 800 residentes son insuficientes para encargarse de los empleos que demanda su localidad, y por ello, su alcalde ha lanzado una campaña en busca de nuevos habitantes.
Según ha publicado The Guardian, los trabajadores más demandados están en el sector primario. "Sólo hay dos jóvenes en el pueblo en paro", asegura su regidor, Bryan Cadogan.
La oferta del alcalde consiste en ofrecer paquetes de casa y tierras a buen precio en esta comunidad rural con la intención de atraer a jóvenes que vivan en las grandes ciudades.
Esta no es la única vez que un pueblo de Nueva Zelanda se ve obligado a reclamar trabajadores del exterior. Hace meses, el copropietario de la consulta médica de Tokoroa aseguró que lleva dos años buscado un médico de cabecera sin éxito. Y todo ello a pesar de que la oferta era realmente suculenta: tres meses de vacaciones y 400.000 dólares neozelandeses.