España cerró el pasado ejercicio con más ricos y menos pobres que un año antes, lo cual, entre otras cosas, desmonta un el mito bastante extendido de que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres, como si la economía fuera un juego de suma cero en el que lo que ganan unos lo pierden otros.
En concreto, el número de ricos en España se situó un total de 193.000 personas en 2015, cuyo patrimonio superó el millón de dólares, una vez excluida la vivienda habitual y los bienes de consumo duradero. Esto supone 15.000 millonarios más que un año antes, tras crecer un 8,4%, el mayor incremento de Europa, por encima de Países Bajos (7,9%), Francia (5,9%) y Alemania (5,6 %), según el informe mundial de la riqueza publicado este jueves por las consultora Capgemini. El número de ricos en Europa subió una media del 4,8% el pasado año. Desde 2008, el número de ricos españoles ha aumentado en un 50%, sumando así 64.500 personas.
De este modo, España ocupa el puesto decimocuarto en la lista de países más ricos, por detrás de Estados Unidos, Japón, Alemania y China, los tres con mayor número de millonarios y que concentran al 61,2% de población rica mundial.
300.000 pobres menos
No es el único dato positivo, ya que la pobreza en España registró en 2015 la mayor caída de la crisis. El indicador de carencia material severa, el que más se aproxima a la definición real de pobreza, bajó del 7,1% al 6,4% de la población el pasado año, una caída cercana al 10%, que se traduce en cerca de 330.000 pobres menos -de 3,3 millones en 2014 a menos de 3 millones en 2015-, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Y lo mismo sucede si se acota algo más este indicador para reflejar una situación de extrema necesidad, como es el hecho de no poder permitirse comer carne o pescado una vez cada dos días. La población, en este caso, bajó del 3,3% al 2,5% en 2015, unas 300.000 personas menos, al bajar de 1,5 a algo menos de 1,2 millones.