Las propuestas de nuestros políticos sobre política fiscal están acaparando buena parte de la atención durante estos largos meses de campaña electoral que nos acompañan desde mediados de 2015. Llamamientos a las reformas, promesas de bajadas de impuestos y muchas propuestas de subidas fiscales a "las grandes empresas" y a "los que más tienen".
En la retórica empleada por los partidos, más por los que ocupan la parte izquierda del espectro ideológico, encontramos ataques sistemáticos a las grandes empresas. Ya en mayo de 2014, Pablo Iglesias cargaba contra una de las empresas españolas más importantes del mundo, Repsol, e impregnaba un comentario en redes sociales de su habitual demagogia para afirmar que "el año pasado el presidente de Repsol cobró 4,9 millones de euros" para preguntarse si ¿la crisis la sufrimos todos? O si ¿no hay dinero para sanidad y educación?
El año pasado el presidente de Repsol cobró 4,9mill. de €. ¿La crisis la sufrimos todos?¿No hay dinero para sanidad y educación?
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) 2 de mayo de 2014
Más cerca en el tiempo, el pasado mes de febrero el PSOE proponía subir los impuestos a las grandes empresas y hace sólo unas semanas Izquierda Unida (días antes de rubricar su coalición con Podemos) cargaba contra las grandes empresas como Repsol y pedía nacionalizarla junto a otras energéticas como Endesa.
Pero el discurso político contra "las grandes empresas" obvia una realidad tozuda: la gran contribución a la economía nacional y la cohesión social que entrañan empresas como Repsol con miles de puestos de trabajo, sus salarios -generalmente más altos que la media- además de la gran calidad de los servicios y productos que ofrecen.
El crecimiento de estas empresas en un entorno de libre mercado y en condiciones de competencia con otras compañías obliga a estas entidades a mejorar cada día sus servicios, competir en precios e incrementar sus estándares de calidad.
La parte quizá menos evidente o, al menos, menos conocida es la contribución que estas empresas hacen a las arcas del Estado. Tan desconocida es como que la actividad económica de una de las grandes empresas españolas como Repsol genera unos ingresos al Estado de miles de millones de euros cada año.
Para hacernos una idea del volumen de ingresos que una gran empresa genera al Estado cada año seguiremos con el ejemplo de Repsol. Sólo en España, en 2015 Repsol pagó en impuestos 8.762 millones de euros entre Sociedades, otros impuestos y los tributos de los que actúa como intermediario: IVA e Hidrocarburos:
Repsol da trabajo a unas 27.000 personas en todo el mundo. En España, la plantilla es de más de 17.000 empleados. Trabajadores que, a su vez, generan ingresos al Estado en concepto de cotizaciones sociales e IRPF. No disponemos del desglose pormenorizado de rangos salariales de los trabajadores de Repsol, pero a modo de aproximación podemos hacer un cálculo medio.
La parte de las cotizaciones a la seguridad social que pagó Repsol en 2015 por sus empleados en todo el mundo superó los 505 millones de euros. Haciendo un cálculo sencillo podemos estimar que en España fue de 318 millones de euros.
Los gastos de personal (descontada la parte de la cotización que paga la empresa) para todo el mundo ascendió en 2015 a 1.624 millones de euros. Haciendo una media sencilla podemos estimar que en España fue de 1.022 millones de euros. Si estimamos un tipo de IRPF medio para todas estas nóminas del 25%, los trabajadores de Repsol ingresan a Hacienda unos 255 millones de euros.
Así pues, podemos estimar que la actividad de Repsol en España genera unos ingresos al Estado de 8.762 (impuestos) + 318 (cotizaciones sociales) + 255 (IRPF empleados). En total, 9.335 millones de euros. Esto significa que cada año, sólo en España, la actividad de Repsol genera cerca de 10.000 millones de euros a las arcas del Estado.
Si continuamos con el ejemplo de las cifras de 2015, el resultado neto del ejercicio para Repsol fue de unas pérdidas de 1.227 millones de euros después de provisionar cerca de 3.000 millones por el entorno de desplome de los precios del petróleo. Una fotografía, la del año 2015 de Repsol, que da una perspectiva diferente a la hora de analizar las críticas que cada día escuchamos en boca de los políticos españoles a las grandes empresas.
¿Qué hace el estado con 10.000 millones de euros?
Para obtener una fotografía aun más completa podemos destacar qué impacto puede tener unos ingresos de 10.000 millones de euros sobre el presupuesto público. Actualmente, 10.000 millones significan:
- Un 30% más que el presupuesto del Ministerio de Defensa
- Un 20% más que el presupuesto del Ministerio del Interior
- Un 40% más que el presupuesto del Ministerio de Fomento
- Es el equivalente al desvío de déficit público en el año 2015
- Es el doble que lo que se quería recaudar con la primera subida del IRPF de Montoro
- Supone la mitad de lo que se gastó el Gobierno en prestaciones por desempleo en 2015
- Implican un tercio del pago de intereses de la deuda.