Este lunes se produjo el debate más esperado entre los cuatro principales candidatos a presidente del gobierno, lamentablemente todos mintieron en materia económica, unos más que otros, cierto, pero nadie evitó la tentación de tratar de engañar al votante de cara a las próximas elecciones generales, si bien el caso más destacable fue Pablo Iglesias.
En el caso del candidato de Unidos Podemos, su mentira más flagrante y evidente apenas tardó un par de minutos en salir: la pobreza. Iglesias no mencionó en ningún momento la tasa de Carencia Material Severa, que es la definición más exacta de pobreza material que aporta el INE, aunque sí mencionó la tasa de Riesgo de pobreza, tratando evidentemente de que la segunda cumpliera la función de la primera.
Sin embargo, la mentira en el sentido estricto no está en la definición de cada indicador, aunque es evidente el intento de manipulación, sino en otros datos que aporta la Encuesta de Condiciones de Vida del INE que Iglesias, literalmente, se inventó.
Iglesias aseveró que un 45% de los españoles no podían permitirse irse de vacaciones, cuando, según el INE, en 2015 eran el 41,5% los españoles que no podían permitirse irse al menos una semana de vacaciones al año. Acto seguido también aseguró que un 16% de hogares españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes, pero si miramos de nuevo la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al año 2015 vemos que ese 16% no aparece por ninguna parte. En el caso de 2015 en ningún nivel de dificultad podemos ver el 16% del que hablaba el líder de Podemos.
Pero, sin duda, la mentira mas flagrante de Iglesias en este apartado vino con estas palabras: "Un 7% de los españoles tienen problemas para comer carne, pescado y pollo". El líder de Podemos se refería al hecho de no poder permitirse una comida de carne, pollo o pescado "al menos cada dos días" que recoge el INE. Sin embargo, al contrario de lo que afirma Iglesias, esto afecta al 2,6% de la población. Es decir, Iglesias casi triplicó el número de españoles que están en una situación tan dramática como ésa sin ningún tipo de pudor.
La segunda gran mentira del líder de la formación morada está relacionada con el aumento del Índice de Gini durante la legislatura de Rajoy, tras asegurar que había aumentado tres puntos en ese periodo. De nuevo, si acudimos a los datos del INE vemos que en el período 2011-2015 el citado índice pasa de 34 puntos a 34,6, muy alejado de los 37 puntos que señaló Iglesias.
Pedro Sánchez, por su parte, cayó en otras dos mentiras flagrantes. La primera relacionada con el llamado "Recargo de Solidaridad" para hacer sostenibles las pensiones a largo plazo, medida que también defendió Jordi Sevilla el pasado domingo durante el debate económico de La Sexta.
Sánchez afirmó que este modelo se aplica en otros países europeos y que únicamente lo pagarían los ricos, lo cual es absolutamente falso. En el caso de Francia, por ejemplo, ese impuesto afecta a trabajadores y desempleados.
El candidato socialista trató además de explicar que las grandes empresas no pagan lo suficiente en impuestos, y que aproximando los tipos nominales a los efectivos se podría recaudar lo suficiente para reconstruir el supuestamente devastado Estado del Bienestar. Esto también es falso. Los datos oficiales de Hacienda reflejan que el tipo efectivo medio de las grandes empresas y grupos alcanzó el 28,8% en 2014, muy cerca del entonces tipo nominal del 30%, con lo que la supuesta mina de oro no es sino una minúscula pepita sumada a mucha propaganda política.
En cuanto al candidato del PP, Mariano Rajoy, trató de convencer a los españoles de que había bajado los impuestos haciendo referencia a las rebajas fiscales del año pasado. Esto es absolutamente falso, según el propio programa de estabilidad que elaboró el ejecutivo del PP, en el que se exponía que la sociedad española pagó en 2015 unos 36.000 millones de euros más de impuestos que en el año previo a que Rajoy llegase a la Moncloa.
Su segunda mentira está relacionada con otro de los temas estrella del PP, la sostenibilidad del sistema de pensiones. A corto plazo, es cierto que el problema de las pensiones se solventaría con la creación de empleo, pero tan solo estamos empezando a ver la punta del iceberg.
Según las previsiones de Eurostat, España tendrá en 2050 un 33,5% de la población con más de 65 años, siendo el tercer país de Europa más envejecido tras Grecia y Portugal, lo que evidencia que a largo plazo las pensiones actuales no son sostenibles. De hecho, el propio ministro de economía en funciones, Luis de Guindos, lo reconocía en el debate económico del domingo, al felicitar al PSOE por elevar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años en la última legislatura de Zapatero, un mensaje claro de la insostenibilidad de este sistema al que se le van poniendo parches a la espera del inevitable final.
Por último, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, explicó la falacia de que los recortes y las subidas de impuestos que hemos vivido a lo largo de la crisis se podrían haber evitado si no hubiera habido corrupción y fraude fiscal.
Para empezar, ¿cómo se puede calcular la cuantía total de la corrupción en España?
¿De dónde salen esos datos? Evidentemente, hay mucha disparidad a la hora de estimar dichas cifras, que oscilan entre los 7.500 millones de euros y algo más de 10.000 millones, cantidades que en ningún caso hubieran sido suficientes para suplir la caída de ingresos que ocasionó la crisis ni los ajustes posteriores de gasto.
A esto se suma, además, la falsedad defendida por el responsable económico de la formación naranja, Luis Garicano, en el debate económico del domingo, donde aludió a la supuesta tributación al 6% de las grandes empresas, anteriormente refutada.