Suele decirse que Luis de Guindos no tiene el atractivo suficiente para convertirse en un ariete electoral del Partido Popular. Sin embargo, el tecnócrata por excelencia del gobierno de Mariano Rajoy desplegó anoche su perfil más político y se rebeló como un orador más que capaz a la hora de tumbar los ataques que le lanzaban Jordi Sevilla, Alberto Garzón y Luis Garicano. A continuación, un vistazo a los principales puntos que se tocaron a lo largo de la emisión de El Objetivo: Debate Economía, que contó con la periodista Ana Pastor como moderadora.
En el primer turno del debate, el ministro de Economía en funciones, Luis De Guindos, desvela que en abril de 2012 acudió a una reunión del FMI en la que se le indicó que España era el principal riesgo para la economía mundial. Pensando en el día después del 26-J, destaca la importancia de mantener la confianza y la credibilidad.
Jordi Sevilla habla de subvencionar la contratación de los desempleados que están en situación más difícil. Al respecto, defiende la recuperación de la negociación colectiva y el aumento del Estado del Bienestar. Luis de Guindos contestó al socialista diciendo que "una cosa es predicar y otra dar trigo" y recordando que el desempleo subía en la anterior legislatura pero baja desde la aprobación de la reforma laboral. Finalmente, insistió en "bajar los impuestos para crear más empleo".
Alberto Garzón reconoció la mejoría de los datos de empleo, pero denunció que es preciso cambiar el modelo productivo, ya que el actual no es sostenible y tiene "salarios dignos de China". De Guindos volvió a entrar al quite y puso en valor que sí se ha producido un cambio de modelo productivo apoyado en la palanca exportadora. El ministro puso como ejemplo el sector del automóvil e invitó a Garzón a hablar con los sindicatos del sector.
Tras varios minutos al margen del debate, Luis Garicano tomó la palabra para explicar algunas de las propuestas de Ciudadanos en materia de creación de empleo: contrato único, reforma del marco de los autónomos… El profesor de la London School of Economics no consiguió entrar en debate, pero sí completó una exposición limpia y tranquila de su programa, en la que pidió "menos trabas y más facilidades".
De Guindos volvió a enzarzarse con Garzón, desmontando la tesis del "austericidio" que enarboló el candidato al Congreso por Unidos Podemos. "Hoy hay 50.000 millones más de gasto social que en 2007", destacó el ministro en funciones. A continuación, De Guindos recordó que "el 75% del empleo en España es indefinido y los contratos de menos de un mes son de apenas el 0,8% del total".
A continuación, Jordi Sevilla lanzó un órdago diciéndole a Alberto Garzón que el Partido Comunista, principal grupo de su coalición Izquierda Unida, defiende la ruptura de la Eurozona. El dirigente marxista pidió a Sevilla que evitase el enfrentamiento con otras fuerzas de izquierda, pero no dijo nada sobre su postura ante la moneda única.
Pero De Guindos siguió crecido y, en vez de dejar que Sevilla y Garzón siguiesen discutiendo sobre el euro, se lanzó al cuello de Garzón y le echó en cara "el bagaje de sus amigos de Syriza en Grecia, donde las pensiones han sido recortadas de 480 a 360 euros, al contrario que el aumento de 920 a 1.040 euros que se ha dado en España durante esta legislatura". Además, el ministro en funciones le recordó a Garzón que la desinflación de los últimos años ha redundado en un mayor poder adquisitivo para los españoles.
Impuestos
Hablando de impuestos, Luis Garicano apuntó que las grandes empresas pagan un 6%, un argumento un tanto controvertido, ya que dicho cálculo viene de comparar el beneficio internacional con los impuestos pagados en España. Por su parte, Jordi Sevilla habló de subir impuestos a las empresas, de reforzar los gravámenes aplicados a las rentas del capital y de "poner en marcha la imposición ecológica". En total, el socialista defendió 22.000 millones más de impuestos.
De Guindos le recordó a Sevilla que "no se puede quejar uno a la vez del déficit y de los recortes". El ministro del gobierno de Rajoy dijo que el PP "es el único partido que defiende bajar los impuestos". Garzón intervino después e insistió en afirmar que las grandes empresas pagan alrededor del 6% en el Impuesto de Sociedades.
A continuación, Luis Garicano se lanzó al ataque y reprochó a De Guindos las subidas impositivas de los dos primeros años de la pasada legislatura. Además, el de Ciudadanos trajo a colación una carta de Mariano Rajoy a las instituciones europeas anunciando una nueva ronda de ajustes fiscales. Respondió el ministro popular diciendo que "ha bajado el déficit" y que "se ha estabilizado el endeudamiento público".
Sevilla quiso insistir en la tesis de los "recortes" y De Guindos le afeó la "demagogia barata" de su discurso, recordando al exministro socialista que "hoy gastamos 50.000 millones de euros más en "gasto social"; si miramos la sanidad, se desembolsan 5.000 millones más que en 2007".
Pensiones
Jordi Sevilla abordó la cuestión del futuro a largo plazo del sistema de pensiones abogando por la aprobación de un nuevo impuesto que vaya destinado a financiarlas. De Guindos defendió el retraso de la edad de jubilación de 65 a 67 años, puso en valor la introducción del "factor de sostenibilidad", cerró las puertas a la aprobación del gravamen propuesto por el PSOE y se centró en la cuestión demográfica: "El año pasado hubo más fallecimientos que nacimientos".
Garicano habló de sueldos, apuntando que "sin salarios dignos no tendremos pensiones dignas". El de Ciudadanos también cargó las tintas contra la corrupción a lo largo de su intervención. Garzón se quejó de "las políticas neoliberales" y se fue por el terreno personal, afirmando que sus tres adversarios políticos "han trabajado en multinacionales, que son las únicas que han salido beneficiadas de la crisis". Curiosamente, ninguno de sus interlocutores le recordó que tampoco le ha ido mal a su hermano Eduardo Garzón, colocado en el Ayuntamiento de Madrid como asesor de Carlos Sánchez Mato con un sueldo de más de 50.000 euros.